Cartas al director

Los iconos de Torrejón

Con toda seguridad estará usted informado de la reciente inauguración, en la Casa Grande de Torrejón de Ardoz, de un museo de iconos, que contiene la colección del conocido y entusiasta doctor Sergio Otzoup, ya fallecido.Corno sacerdote ortodoxo, bajo la jurisdicción de la iglesia rusa, el hecho de que en nuestro país exista una exhibición permanente del arte iconográfico, por desgracia tan poco conocido, no puede menos de alegrarme. Lo que ya no me alegra tanto, son las manifestaciones hechas por la propiedad actual de dicha colección, quien al inaugurarse el museo, no dudó en calificarla com...

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Con toda seguridad estará usted informado de la reciente inauguración, en la Casa Grande de Torrejón de Ardoz, de un museo de iconos, que contiene la colección del conocido y entusiasta doctor Sergio Otzoup, ya fallecido.Corno sacerdote ortodoxo, bajo la jurisdicción de la iglesia rusa, el hecho de que en nuestro país exista una exhibición permanente del arte iconográfico, por desgracia tan poco conocido, no puede menos de alegrarme. Lo que ya no me alegra tanto, son las manifestaciones hechas por la propiedad actual de dicha colección, quien al inaugurarse el museo, no dudó en calificarla como «una de las mejores y más importantes del mundo». Tal afirmación no ha hecho sino sonreír a quienes conozcan museos de este sublime arte, de reconocida categoria internacional, como la colección Recklinghausen, de Alemania; la colección Lanza, de Nueva York; los museos Bizantino y Benaki, de Atenas; el museo Andrés Rublioff y la galería Tretiakoff, de Moscú, sin olvidar alguna que otra pequeña colección particular existente en España, que, si no en cantidad, al menos en calidad, son categóricamente superiores a la de Torrejón.

Ante tales pretensiones hemos venid o guardando silencio, y no sólo ahora, sino también durante años, en vida del señor Otzoup, ante el gran número de inexactitudes cronológicas, temáticas, hagiográficas, etcétera, que aparecían en sus catálogos, como el de la exposición de 1965, en el casón del Buen Retiro, del cual poseo un ejemplar, al que he hecho muchas correcciones. Citaré sólo un ejemplo, página ochenta, número 330 de la exposición, aparece un icono catalogado como «Tabla siglo XVI, escuela italiana, San Mitrofán, primer obispo de Vorónej ». Aparte de desconocer ninguna escuela «italiana», de iconografía, ruego a los señores del museo de Torrejón se sirvan explicarme cómo puede existir un icono, hecho en el siglo XVI, de un santo que vivió en el XVIII y no fue oficialmente canonizado hasta 1833.

He callado también ante la insinuación hecha, siquiera en términos de probabilidad, por el padre Francisco Albarracín, en Radio Televisión Española («Hora 15», día 23-1-78), de que el icono número 180 de la colección, que no es sino una hermosa copia de la Virgen Iverskaia (o de Iberia), a quien le han colocado el sambenito de «Patrona de Moscú», cosa que se desconocía hasta ahora, copia ésta de finales del XVI, o comienzos del XVII, podría ser el «auténtico original que se encontraba en las puertas de la Resurrección, de Moscú», y del cual, según el señor Albarracin, no se tienen noticias desde 1917.

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Lo que ha colmado ya mi paciencia, pues creo rebasa los límites de lo tolerable, es que esto se haya hecho trascender también a la prensa. Hoy -lástima que no haya sido antes- ha llegado a mis manos un recorte del periódico Ya del día 3 de febrero de 1978, que le adjunto.

A la vista del mismo, lamento poner en conocimiento del señor Albarracín, de TVE, y de quien pueda estar interesado en el asunto que:

1.º El icono original, que estos señores pretenden poseer, se encuentra en la actualidad en la iglesia de la Resurrección, en Sokólniki (alrededores de Moscú), a donde fue trasladado desde las Puertas de la Resurrección de Moscú ciudad, y que se halla expuesto a la veneración de los fieles.

2.º Que dicho icono tiene unas dimensiones de 1,15 X 1,30 metros (iguales al primitivo del Monte Athos), mientras que el de Torrejón mide tan sólo 31,5 X 26,8 centíinetros, según su propio catálogo.

3.º Que para demostrar cuanto afirmo, poseo y tengo a disposición de quien lo desee bibliografía suficiente, incluso con fotografías de antes y después del traslado del icono a su actual emplazamiento, con verdadero lujo de detalles

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