Elecciones sindicales

Casi la mitad de la población laboral de Castellón, al margen de las elecciones

Un tanto por ciento muy elevado de trabajadores de la provincia de Castellón quedan marginados en las actuales elecciones sindicales, que, a nivel general, comienzan en esta provincia el próximo lunes, ya que la normativa electoral no permite elegir delegados en empresas con menos de seis trabajadores. Así se han expresado diversos portavoces de CCOO y UGT, que han resaltado el gran número de pequeñas empresas industriales en las comarcas castellonenses, a excepción de Segarra y La Valiense, empresas del calzado localizadas en Vall de Uxó, que tienen las mayores plantillas laborales de la prov...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Un tanto por ciento muy elevado de trabajadores de la provincia de Castellón quedan marginados en las actuales elecciones sindicales, que, a nivel general, comienzan en esta provincia el próximo lunes, ya que la normativa electoral no permite elegir delegados en empresas con menos de seis trabajadores. Así se han expresado diversos portavoces de CCOO y UGT, que han resaltado el gran número de pequeñas empresas industriales en las comarcas castellonenses, a excepción de Segarra y La Valiense, empresas del calzado localizadas en Vall de Uxó, que tienen las mayores plantillas laborales de la provincia, seguidas de las azulejeras de Villarreal, Onda, Alcora y Ribesalbes.

Esta marginación también afecta a un sector amplio dedicado a la agricultura y pesca. En ambos grupos laborales se están promoviendo asambleas para agrupar a los trabajadores. Los delegados que salgan elegidos serán presentados a la autoridad laboral.Las primeras elecciones celebradas no han supuesto una pugna electoral entre CCOO y UGT, según destacan sus respectivos portavoces, para dar más importancia a la aparición de delegados independientes, respaldados por sindicatos amarillos. En las empresas donde sus candidatos son mayoría se están convocando con rapidez elecciones después de comunicarlo a la patronal. Organizaciones como FITO (Federación Independiente de Trabajadores-Onderos), Sovic (Sociedad Obrera del Vidrio y Cerámica) y CIT (Centrales de Trabajadores Independientes) están rivalizando con las centrales de clase, especialmente en el sector azulejero. El desenlace de la negociación del convenio en este sector acentuó la desconfianza hacia los grandes sindicatos.

En el caso de Segarra, empresa que está incautada, las elecciones se celebrarán con toda seguridad el día 3. Mientras CCOO es partidaria de homologar el actual comité, aunque no se opone a las nuevas elecciones, UGT favorece la celebración de éstas. Dicha empresa posee un comité de sesenta delegados, de los que veintisiete pertenecen a CCOO y veinticuatro a la central socialista. De este comité salió una comisión restringida de once (seis de CCOO, cuatro de UGT y un independiente) para negociar el compromiso social. Mañana, Jerónimo Saavedra, secretario de prensa de la ejecutiva de esta última central, celebrará un mitin para preparar la campaña. Una de las razones para cambiar el antiguo comité consiste en el número de delegados mayor del que el actual decreto permite.

Vicente Zaragoza, coordinador del comité electoral de CCOO, subraya la marginación de los sectores citados sin ofrecer un porcentaje. «Observamos una postura reposada, e incluso reticente, en algunos empresarios -ha dicho-, especialmente en los alamacenes de agrios, en que están retrasando las elecciones para que no puedan votar los eventuales, que estos días suman una importante cifra con motivo de la campaña exportadora. Por otro lado, estamos muy interesados en la creación de una comisión electoral provincial, porque de lo contrario no podemos superar a los que intentan frenar el proceso electoral.»

Por su parte, el secretario general de UGT, José Luis Almela, ha comentado que «en la campaña queremos dejar claro lo que somos, sin atacar a los demás. Hemos firmado un acuerdo con CCOO de no agresión, y lo respetaremos. Queremos aparecer como un sindicato de orientación socialista no necesariamente dominado por el PSOE. Nos causa cierta sorpresa que nuestros rivales sean los independientes y no CCOO. En cuanto al decreto, creemos que queda cojo, porque tiene muchas lagunas al olvidar a las empresas de menos de seis trabajadores y a los trabajadores del campo que se van a quedar en la calle».

Archivado En