Toma de posesión del general Miláns del Bosch

El general Jaime Miláns del Bosch tomó ayer posesión del mando de la capitanía general en un acto al que asistieron el gobernador militar, general Luis Gascó, y el jefe de Estado Mayor, general Anadón, junto a las primeras autoridades civiles, eclesiásticas y judiciales.

Al principio de su intervención agradeció la colaboración de los presentes y subrayó el buen trato que mantendría con éstos en el ejercicio de su cargo. «Tengo la certeza de que por tratarse de un servicio a la patria la armonía va a ser muy fácil en nuestras relaciones», exprésó.

Se autodefinió como militar ...

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El general Jaime Miláns del Bosch tomó ayer posesión del mando de la capitanía general en un acto al que asistieron el gobernador militar, general Luis Gascó, y el jefe de Estado Mayor, general Anadón, junto a las primeras autoridades civiles, eclesiásticas y judiciales.

Al principio de su intervención agradeció la colaboración de los presentes y subrayó el buen trato que mantendría con éstos en el ejercicio de su cargo. «Tengo la certeza de que por tratarse de un servicio a la patria la armonía va a ser muy fácil en nuestras relaciones», exprésó.

Se autodefinió como militar por vocación y tradición familiar, para resaltara continuación las virtudes castrenses, que no proceden de los militares, según dijo, sino de los valores humanos, patrimonio de todos los hombres.

Destacó el culto al honor, «que debe descansar en el espíritu de superación, en la conducta ejemplar y en el respeto a sí mismo y a los demás», así como el amor a la responsabilidad, que exige mucho más que escueta obligación. En relación a la disciplina manifestó la diferencia de ésta con el servilismo y anulación de la personalidad, ya que consiste en «la aceptación consciente y plena del deber y subordinación jerárquica», por un lado, así como «del mando justo, que para serlo ha de ser firme y respetuoso con el subordinado ».

Miláns del Bosch subrayó finalmente la virtud de la lealtad al superior, al compañero, y al subordinado. La práctica de estos principios, según expresó, genera el patriotismo, «que no es culto fanático sino la sublimación del servicio, del servicio hasta la muerte si fuera necesario ».

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