Cartas al director

La Iglesia y la constitución

Las jerarquías de la Iglesia católica han respondido velada pero firmemente, con posible ingerencia en asuntos que no la competen, sobre los conceptos: «aconfesionalidad» y «libertad religiosaxi en el borrador constitucional.¿«Realidad sociológica de la Iglesia católica»? Esa realidad se asemeja mucho -porque crecieron juntas- a la «realidad sociológica del franquismo»; sin embargo bastó üInpíricamente demostrar lo contrario, cuando se levantó el yugo totalitario y existieron otras opciones para que esa «realidad» abiertamente mayoritaria (tácitamente) se derrumbase hasta menos del 1 % en lase...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las jerarquías de la Iglesia católica han respondido velada pero firmemente, con posible ingerencia en asuntos que no la competen, sobre los conceptos: «aconfesionalidad» y «libertad religiosaxi en el borrador constitucional.¿«Realidad sociológica de la Iglesia católica»? Esa realidad se asemeja mucho -porque crecieron juntas- a la «realidad sociológica del franquismo»; sin embargo bastó üInpíricamente demostrar lo contrario, cuando se levantó el yugo totalitario y existieron otras opciones para que esa «realidad» abiertamente mayoritaria (tácitamente) se derrumbase hasta menos del 1 % en laselecciones de junio.

¿«Mayoría católica»? Es inevitable la referencia al pasado cercano. Cuando aquí campaba por sus fuer os el Movimiento Nacional, sus «afiliados» eran mayoritarios frente a las minorías de liberales, socialistas, comunistas, etcétera. Simplemente bastó con girar un poco sobre los goznes la puerta de la democracia, y el aire pluralista dilapidó esa mayoría.

1. El caudal económico se suprimiría y las 15.000 pesetaCpor cura y las subvenciones a sus centros de alienación (escuelas y universidades) desaparecerían de la carga de los contribuyentes.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

2. Las poderosas raíces que echó en la fértil tierra de cuarenta años de nacional-catolicismo, le sirvieron (y sirven) para influir en el desarrollo político-legal, siendo sin duda el grupo de presión mejor situado. Fruto de ello -por citar sólo un ejemplo- es la obsolescencia de una gran parte del articulado de Derecho Civil con las consecuencias que todos conocemos.

3. Las arengas desde los medios de comunicación -principalmente- desarrolladas en monopolio, pueden verse erosionadas con el sistema de competencia e igualdad sin amparos, protecciones o privilegios.

Si la Iglesia no padece de miopía, no debe ignorar que por encima de la realidad «oficial» que es mayoritariamente católica, está la realidad «social», que es eminentemente cristiana (y o católica, en sentido auténtico), una parte grande de creyentes (no cristianos) y minorías aceptables de católicos (auténticos) y de agnósticos, indiferentes y ateos; y por último, un reducidísimo número de otros cultos o iglesias. A ninguna de estas Iglesias o de estas orientaciones tiene por qué privilegiar la Constitución, y sí garantizar la libre ma nifestación de todas ellas; esto no es beligerancia hacia la Iglesia, es sólo una actitud neutral.

Archivado En