Ni con rumores

Por segundo día consecutivo, el índice general de la Bolsa de Madrid se ha colocado en una nueva cota mínima, rebajando el 63 sobre el cien con que se empezara el ejercicio. El desinterés habitual en las últimas jornadas no se animó ni con el rumor del cese del vicepresidente económico, que transmitía el teletipo financiero sacado de una revista económica. Se ha perdido el pulso y el enfermo, semicomatoso, no reacciona por nada.De los diez grupos en que, convencionalmente, se divide el mercado madrileño, sólo uno, el minero-siderúrgico vio mejorar su índice parcial, gracias a Hornos y Olarra. ...

Por segundo día consecutivo, el índice general de la Bolsa de Madrid se ha colocado en una nueva cota mínima, rebajando el 63 sobre el cien con que se empezara el ejercicio. El desinterés habitual en las últimas jornadas no se animó ni con el rumor del cese del vicepresidente económico, que transmitía el teletipo financiero sacado de una revista económica. Se ha perdido el pulso y el enfermo, semicomatoso, no reacciona por nada.De los diez grupos en que, convencionalmente, se divide el mercado madrileño, sólo uno, el minero-siderúrgico vio mejorar su índice parcial, gracias a Hornos y Olarra. Los demás registran oscilaciones a la baja, en medio de un negocio muy escaso.

En este sentido sólo el corro bancario tuvo un volumen de contratación elevado (más de la mitad de lo contratado en renta variable), quizás porque los Bancos se vieron obligados a defender sus títulos, incluso a barrer el papel que tenían. Un ejemplo claro fue el Banco Central que «tomó» el 100%, negociando más de 33.300 títulos, lo que no impidió un descenso de nueve duros, En este grupo también, destaca la contratación de López Quesada por más de trece millones de pesetas nominales.

Irregularidad en Construcción e Inmobiliarías, ya que mientras Dragados y Urbis demeritaban, Vallehermoso, Simane y Vacesa subían unos puntos.

El papel dominó en el corro químico y sus valores punteros, Explosivos y Petróleos, re trocedieron levemente.

Las posiciones oficiales al cierre eran claramente vendedoras y sólo había dinero para tres valores, entre ellos el Central que había hecho el esfuerzo reseñado, quizás para no acortar la diferencia con el Ibérico, de cara al canje de acciones.