El ejército británico suministra generadores a los hospitales

Los trabajadores de estaciones eléctricas británicas llevan a cabo, desde la noche del jueves, una huelga de celo y se niegan a realizar horas extraordinarias, que ha provocado una baja general de la tensión eléctrica, con los consiguientes cortes de luz, lo cual ha motivado serios problemas en los hospitales.

Ante esta situación, el ejército ha sido reclamado por las autoridades para que suministre generadores eléctricos a los centros hospitalarios, especialmente, en los que funcionan riñones artificiales.

Varios diputados conservadores habían solicitado que esa intervención...

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Los trabajadores de estaciones eléctricas británicas llevan a cabo, desde la noche del jueves, una huelga de celo y se niegan a realizar horas extraordinarias, que ha provocado una baja general de la tensión eléctrica, con los consiguientes cortes de luz, lo cual ha motivado serios problemas en los hospitales.

Ante esta situación, el ejército ha sido reclamado por las autoridades para que suministre generadores eléctricos a los centros hospitalarios, especialmente, en los que funcionan riñones artificiales.

Varios diputados conservadores habían solicitado que esa intervención del ejército fuese general, es decir, que los soldados fuesen trasladados a las centrales eléctricas para mantener así un mínimo de suministro a los servicios públicos vitales. Sin embargo, la intervención militar se limitará a suministrar generadores a los centros hospitalarios.

La huelga de celo está motivada por las demandas de los trabajadores para que les sean aumentadas las dietas para transporte y se les concedan compensaciones económicas por el trabajo nocturno. La primera de estas demandas les ha sido satisfecha, pero no la segunda. Esta huelga está teniendo una acogida impopular, ya que las calefacciones no pueden funcionar plenamente, precisamente cuando el frío noviembre británico requiere el caldeamiento de casas y oficinas.

La inauguración, ayer, del Parlamento quedó deslucida precisamente por los cortes de fluido, que dejaron a la luz de las velas a la reina Isabel II y a los parlamentarios. Por otro lado, los trabajadores de la BBC, electricistas y cameraman, no transmitieron por televisión el tradicional discurso de apertura pronunciado por la reina, porque fueron llamados a una reunión sindical para discutir los problemas que tienen planteados, y por los que se encuentran parcialmente en huelga.

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