Sepelio multitudinario en Lisboa de un "capitán de abril"

Cerca de 10.000 personas, a los gritos de MFA, MFA (Movimiento de las Fuerzas Armadas), despidieron ayer los restos mortales del comandante Ramiro Correia, ex miembro del Consejo de la Revolución y uno de los artífices del movimiento de los capitanes portugueses que acabó con la dictadura de Oliveira-Salazar.Ramiro Correira falleció, junto a su esposa y a un hijo de nueve años, en un accidente naval registrado en una playa distante doscientos kilómetros de la capital de Mozambique.

Entre el público que despidió al «capitán del abril» se contaba el general Vasco GonçaIves, ex primer mini...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Cerca de 10.000 personas, a los gritos de MFA, MFA (Movimiento de las Fuerzas Armadas), despidieron ayer los restos mortales del comandante Ramiro Correia, ex miembro del Consejo de la Revolución y uno de los artífices del movimiento de los capitanes portugueses que acabó con la dictadura de Oliveira-Salazar.Ramiro Correira falleció, junto a su esposa y a un hijo de nueve años, en un accidente naval registrado en una playa distante doscientos kilómetros de la capital de Mozambique.

Entre el público que despidió al «capitán del abril» se contaba el general Vasco GonçaIves, ex primer ministro de cuatro de los seis Gobiernos militares; el almirante Rosa Coutinho; los consejeros de la revolución coronel Pezarat Correia y los comandantes de Marina Víctor Crespo y Martins Guerreiro, considerados los tres como elementos de izquierda dentro del Consejo.

Acompañaron al cortejo fúnebre, que recibió los honores oficiales en el Ministerio de Marina, otros destacados líderes de abril, ahora apartados del proceso. Entre éstos se contaba el ex comandante del COPCON, mayor Otelo Saraiva de Carvalho.

Los coches fúnebres de la Marina portuguesa tardaron más de tres horas en recorrer los tres kilómetros que separan la capilla del Ministerio de la Marina, donde había sido instalada la capilla ardiente, del histórico cementerio lisboeta del Alto de San Juan.

Numerosas delegaciones de las fábricas de la orilla sur del Tajo, decenas de ramos y coronas con dedicatorias de las principales fábricas del «cinturón industrial" de Lisboa, precedían y seguían el féretro.

El féretro entró en el cementerio acompanado, por el canto Grandola, víla morena.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En