El PSOE no presentará oposición indiscriminada al proyecto gubernamental

«El PSOE no tiene intención de presentar una oposición indiscriminada al programa económico del Gobierno, si no que, en los puntos en los que no esté de acuerdo, presentará alternativas cualificadas», dijo Enrique Múgica, secretario de relaciones políticas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quien se entrevistó ayer durante tres horas y media con el vicepresidente del Gobierno para Asuntos Políticos, Fernando Abril, como reunión preparatoria de la que se celebrará los próximos días 8 y 9 en el palacio de La Moncloa, entre el presidente Suárez y los líderes de los partidos parlamenta...

«El PSOE no tiene intención de presentar una oposición indiscriminada al programa económico del Gobierno, si no que, en los puntos en los que no esté de acuerdo, presentará alternativas cualificadas», dijo Enrique Múgica, secretario de relaciones políticas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), quien se entrevistó ayer durante tres horas y media con el vicepresidente del Gobierno para Asuntos Políticos, Fernando Abril, como reunión preparatoria de la que se celebrará los próximos días 8 y 9 en el palacio de La Moncloa, entre el presidente Suárez y los líderes de los partidos parlamentarios.Todos los partidos políticos convocados celebraron ayer reuniones de sus comisiones ejecutivas. Felipe González, primer secretario del PSOE se reunió, a lo largo de varias horas, con el equipo de economistas de su partido para estudiar el voluminoso proyecto económico del Gobierno.

El orden del día de las reuniones de La Moncloa, establecido durante la entrevista entre Múgica y Abril, será el siguiente: presentación del programa económico, orden público, reforma del Código Penal y leyes conexas para su acomodación urgente a la situación democrática, autonomías y medios de comunicación social propiedad del Estado. El tema de las autonomías, según Múgica, no estaba previsto por el Gobierno, pero ha sido incluido a petición del PSOE, que estima necesario arbitrar un régimen transitorio de autonomía para Euskadi, sin que ello suponga prejuzgar el tratamiento del tema global en la Constitución.

El representante del Partido Socialista hizo llegar al vicepresidente para Asuntos Políticos la necesidad, expuesta repetidamente por su partido, de que se apruebe con urgencia un criterio flexible de control de Televisión Española y Radio Nacional, a través, posiblemente, de una comisión interparlamentaria.

«Para nosotros -añadió Múgica- el Gobierno debe reconocer la plena facultad de negociación -de las centrales sindicales y favorecer su fortalecimiento. Debe comprender que el debilitamiento de las centrales podría conducir a actitudes asamblearias poco favorables a planteamientos de saneamiento económico. Si el Gobierno prima las acciones asamblearias será imposible dicho saneamiento.» Explicó el político socialista que las facultades negociadoras de las centrales sindicales deben englobar tanto al empresariado como al propio Gobierno. Múgica acudió a la sede Vicepresidencia, en el paseo de la Castellana, acompañado por el economista socialista Joaquín Medina, mientras que Abril estuvo acompañado inicialmente por José Ramón Alvarez Rendueles, secretario de Estado para Coordinación y Programación Económica, y por José Luis Leal, director general de Planificación Económica. Los tres técnicos abandonaron la reunión después de la presentación del plan económico, mientras que Abril Martorell y Múgica continuaron la entrevista.

«La reunión -dijo Enrique Múgica- ha sido clarificadora» y añadió «para el Gobierno».

A la «cumbre de La Moncloa» acudirán los líderes de los partidos acompañados, por indicación de Presidencia, de otras dos personas, que en los casos del PSOE y del PCE serán técnicos económicos y no, personalidades políticas. Las impresiones recogidas en medios cercanos a estos partidos apuntan la posibilidad de que no exista ninguna declaración al término de las reuniones de los días 8 y 9, ya que todos ellos precisarán de tiempo para estudiar con detalle el programa gubernamental,. aunque en los mismos medios flota el convencimiento de que se alcanzará un acuerdo de principio si las «contraprestaciones» del Gobierno en el campo sindical, principal piedra de toque para los partidos de izquierda, son suficientes.