Relaciones Sonatrach-Enagás

La empresa Sonatrach, propiedad 100% del Estado argelino, tiene a su cargo el monopolio de los hidrocarburos en este país. Esta sociedad es reponsable en particular de las exportaciones de petróleo y gas natural, y en este sentido sus relaciones con España son muy amplias. En particular en el dominio de gas natural, Sonatrach firmó con la sociedad española Enagás, en agosto de 1975, un contrato de suministro de esta fuente energética, por un total de 4.500 millones de metros cúbicos (equivalentes a 4,5 millones de toneladas de petróleo por año) anuales durante veíntítrés años, lo que hace un t...

La empresa Sonatrach, propiedad 100% del Estado argelino, tiene a su cargo el monopolio de los hidrocarburos en este país. Esta sociedad es reponsable en particular de las exportaciones de petróleo y gas natural, y en este sentido sus relaciones con España son muy amplias. En particular en el dominio de gas natural, Sonatrach firmó con la sociedad española Enagás, en agosto de 1975, un contrato de suministro de esta fuente energética, por un total de 4.500 millones de metros cúbicos (equivalentes a 4,5 millones de toneladas de petróleo por año) anuales durante veíntítrés años, lo que hace un total de más de cien millones de toneladas equivalentes de petróleo, uno de los más importantes contratos de abastecimiento energético efectuados por nuestro país, que deberá afectar a once provincias.Otro proyecto muy importante para nuestro país en el que Sonatrach desempeña un papel esencial es el del gasoducto transmediterráneo, y que consiste en la construcción de una gigantesca conducción capaz de transportar hasta 40.000 millones de metros cúbicos por año de gas natural (equivalentes a cuarenta millones de toneladas de petróleo anuales) (1), desde el desierto argelino hasta el Rhur. Este proyecto, en el que participan conjuntamente Sonatrach, Enagás y Gaz de France, supondrá, en caso de ser realizado, una importante ventaja energética para nuestro país, que podría recibir por esta vía gas natural a un precio ventajosamente comparativo (por la diferencia de transporte) al resto de los países europeos, lo que compensaría en parte el hecho de que estos países reciban gas ruso o del mar del Norte a precio comparativamente favorable frente al que hoy recibe nuestro país.