No pudo celebrarse la asamblea de funcionarios de la AISS

La asamblea que tenían previsto celebrar ayer los funcionarios de la AISS en el edificio del paseo del Prado, en la que pensaban exponer la inseguridad profesional en que se encuentran desde la desaparición de la Organización Sindical no pudo llevarse a cabo debido a las divergencias existentes entre las asociaciones internas que agrupan a los casi 3.000 funcionarios que trabajan en la sede central de la AISS.El grupo de funcionarios convocantes de la asamblea (los del departamento de Relaciones Exteriores Sindicales) hablan de boicot por parte de las restantes entidades: la AISS-FAIS, ...

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La asamblea que tenían previsto celebrar ayer los funcionarios de la AISS en el edificio del paseo del Prado, en la que pensaban exponer la inseguridad profesional en que se encuentran desde la desaparición de la Organización Sindical no pudo llevarse a cabo debido a las divergencias existentes entre las asociaciones internas que agrupan a los casi 3.000 funcionarios que trabajan en la sede central de la AISS.El grupo de funcionarios convocantes de la asamblea (los del departamento de Relaciones Exteriores Sindicales) hablan de boicot por parte de las restantes entidades: la AISS-FAIS, que agrupa al mayor número de estos trabajadores, la Federación de Asociaciones de Cuerpos de Funcionarios de la AISS y las Juntas Consultivas, que ya existían antes de la desaparición del sindícato vertical. Los tres estamentos alertaron al personal para no asistir a la citada asamblea, por lo que el número de asistentes a la misma fue reducido y hubo de suspenderse. Tanto la Federación de Asociaciones como la AISS-FAIS se muestran partidarias de no promover asambleas hasta que el Consejo de Ministros se pronuncie sobre la transferencia de los 35.000 funcionarios sindicales a otros Ministerios. Por el contrario, el grupo que convocó la asamblea lo hizo con el propósito de solicitar información e iniciar algún tipo de presión para que el Gobierno acelere las disposiciones relativas a su futuro. Tales disposiciones son esperadas desde hace ya varios meses, y el silencio gubernamental ha provocado un profundo malestar.

Según fuentes laborales, a los promotores de la asamblea se les tildaba de subversivos y revolucionarios, y se instaba al personal, de cada planta a no bajar a la asamblea.

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