Cartas al director

Pobres horteras

Aunque ya va uno estando curado de espanto ante los disparates que se deslizan con demasiada frecuencia en todos los medios de difusión de los llamados de masas (prensa, radio, televisión, etcétera), no obstante en el número de su excelente diario del domingo día he cazado un gazapo nuevo -ya están muy vistos los «puntos álgidos», los «detentamientos» de cargos, lo de «supeditar» por subordinar, etcétera- que me ha hecho meditar, sobre todo por venir de quiénes viene.En efecto, en la sección correspondiente, y bajo el titular Los e...

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Aunque ya va uno estando curado de espanto ante los disparates que se deslizan con demasiada frecuencia en todos los medios de difusión de los llamados de masas (prensa, radio, televisión, etcétera), no obstante en el número de su excelente diario del domingo día he cazado un gazapo nuevo -ya están muy vistos los «puntos álgidos», los «detentamientos» de cargos, lo de «supeditar» por subordinar, etcétera- que me ha hecho meditar, sobre todo por venir de quiénes viene.En efecto, en la sección correspondiente, y bajo el titular Los empresarios del centro Argüelles no quieren «quinquis» en sus bares y el subtítulo «Los responsables de la tensión y conflictividad del centro comercial de Argüelles son las pandillas de quinquis, horteras y gitanos procedentes de barrios periféricos, que llegan a esta zona atraídos por la posibilidad de conseguir aquí cualquier tipo de droga». Así se expresaron los asesores jurídicos de la Asociación de Empresarios del Centro Comercial de Argüelles al ser preguntados por EL PAIS sobre las causas de la creciente conflictividad de esta zona. Luego sigue el texto, en cuyo segundo párrafo el redactor pregunta, esta vez poniendo el calificativo en primer término, que «¿Por qué califican de responsables de los desórdenes a los horteras, quinquis, etcétera?».

Es decir, que, tal como está expresado, esto de incluir entre los presuntos maleantes (quinquis y gitanos) a los pobres horteras, es cosa de los asesores jurídicos de la asociación y no desliz del periodista, que es, como antes le digo, lo que realmente me ha extrañado del gazapo.

Porque, señor Director, ¿es justo incluir entre la gente «del bronce», entre los que es frecuente encontrar a quinquis y gitanos -lo que por defimición no incluye la calificación de maleantes- a los horteras, que, según el diccionario (aparte de la primera acepción de «especíle de escudilla de madera») son «mancebos de mercader» o simples «botarates sin personalidad ni juicio»?

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