Un "grapo" retiene a siete personas en un edificio de Madrid

Un presunto miembro de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) mantenía en la madrugada de hoy a siete miembros de una familia en el propio domicilio de los rehenes, en el inmueble que hace esquina con el número 148 de la calle Antonio López y el número 2 de Matilde Gayo, de Madrid. La policia, con una dotación de unos cincuenta hombres, rodeaba el inmueble donde se encuentran el activista y sus rehenes.

Sobre las 9.45 de la noche de ayer la policía detectó la presencia de dos individuos que viajaban en un Seat 127, color crema, por la zona sur de Madrid y que ...

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Un presunto miembro de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) mantenía en la madrugada de hoy a siete miembros de una familia en el propio domicilio de los rehenes, en el inmueble que hace esquina con el número 148 de la calle Antonio López y el número 2 de Matilde Gayo, de Madrid. La policia, con una dotación de unos cincuenta hombres, rodeaba el inmueble donde se encuentran el activista y sus rehenes.

Sobre las 9.45 de la noche de ayer la policía detectó la presencia de dos individuos que viajaban en un Seat 127, color crema, por la zona sur de Madrid y que despertaron sus sospechas. Al darles el alto, se produjo un tiroteo entre los ocupantes del vehículo y la Policía Armada en la calle Mariblanca, a resultas del cual resultó herido uno de los perseguidos, mientras el otro consiguió huir. El herido fue trasladado por la policía a un centro sanitario.El otro de los ocupantes del vehículo logró penetrar en el inmueble, que hace esquina con el número 148 de la calle Antonio López y el número 2 de Matilde Gayo. Subió al piso cuarto de la escalera central y llamó al tiembre de una de las viviendas, habitada por ocho inquilinos. Según ha relatado uno de ellos posteriormente, el individuo afirmó: «Soy de los GRAPO. Me persigue la policía».

Según el mismo testimonio, el joven parecía amable, aunque estaba muy nervioso. Pidió un vaso de leche y preguntó a los inquilinos de la vivienda si habían visto su cara por la televisión o en los periódicos. También afirmó que la policía les estaba vigilando, pues esperaban a dos compañeros que debían venir de Francia.

Al cabo de unos minutos, el presunto miembro de los GRAPO pidió a uno de los miembros de la familia -compuesta por dos matrimonios, un anciano, dos jóvenes y una niña de diez años- que saliera a la calle para ver si seguía allí su compañero herido. Uno de los jóvenes abandonó la vivienda y fue quien ofreció los datos arriba apuntados sobre cómo entró el activista en la casa. Según este testigo se trata de un joven de unos veintitrés años, de 1,75 de estatura, peli: peinado hacia atrás, con gafas oscuras graduadas. Vestía camisa a rayas y pantalón gris de tergal. Un de las perneras del pantalón tenía desgarrada, al parecer por el impacto de una bala.

A la hora de redactar esta información -tres de la madrugada- el presunto miembro de los GRAPO permanecía en la vivienda con su siete rehenes, mientras la policía con numerosos efectivos, rodeaba la zona.

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