"Sospechamos que la manifestación de diciembre fue manipulada"

Una nueva sospecha de manipulación de la manifestación de policías armados y guardias civiles del pasado 17 de diciembre ha sido expuesta en rueda de prensa celebrada ayer en un inmueble de la periferia madrileña por los familiares de los seis policías armados aún detenidos en la comisaría de Entrevías. Sus declaraciones concuerdan con las opiniones manifestadas anteriormente por algunos de los guardias civiles también sancionados.Los citados familiares consideran extraño que aquella manifestación, convocada a través de los coches-patrulla, y por tanto conocida por los superiores, no fuese imp...

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Una nueva sospecha de manipulación de la manifestación de policías armados y guardias civiles del pasado 17 de diciembre ha sido expuesta en rueda de prensa celebrada ayer en un inmueble de la periferia madrileña por los familiares de los seis policías armados aún detenidos en la comisaría de Entrevías. Sus declaraciones concuerdan con las opiniones manifestadas anteriormente por algunos de los guardias civiles también sancionados.Los citados familiares consideran extraño que aquella manifestación, convocada a través de los coches-patrulla, y por tanto conocida por los superiores, no fuese impedida. «Suscitó sospechas ver en la plaza de Oriente, lugar de la manifestación, a un dirigente del Partido Agrario que arengaba a los manifestantes. El Partido Agrario fue de los primeros en legalizarse, y, corno todos aquellos primeros, es de derechas. ¿Qué hacía allí aquel hombre? Pero es que también estaba Sánchez Covisa, cuya filiación de extrema derecha es de sobra conocida. Y, en Barcelona, otro hombre similar, Royuela, había preparado una acción de envergadura para el día 12 de diciembre fecha que, en principio, iba a ser la de la manifestación. Todos esos indicios llevan a pensar que alguien manipuló los intereses reivindicativos profesionales de policías armados y guardias civiles para crear una situación favorable a provocar una desestabilización política.»

Desde la plaza de Oriente, los manifestantes se dirigieron a pie al Ministerio de la Gobernación -donde fue insultado el general Chamorro-, para entregar al señor Martín Villa un escrito de reivindicaciones planteadas en los siguientes puntos: Revisión del reglamento de 25-11-30, en que se le! considera soldados y no agentes de orden público; desmilitarización; sindicación; subida lineal de 10.000 pesetas (concedida la mitad, y la otra mitad, en estudio); salario nunca inferior al mínimo interprofesional (concedido, pero entrará en vigor en enero próximo); igualdad de trienios, sin distinción de categorías y escalas; cien por cien del salario en la jubilación (concedido parcialmente); revisión y regulación de la concesión de permisos; local de reunión donde canalizar sus reivindicaciones profesionales, y que no hubiera represalias (se considera que las ha habido).

En la rueda de prensa explicaron que «los días de prisión fueron muy duros para los detenidos. Los dos primeros meses en el pabellón psiquiátrico del hospital militar Gómez Ulla, lo pasaron mal, con mala comida y sin agua para lavarse. Desde allí los trasladaron al CIR número 1, de Colmenar Viejo, donde fue todavía peor; incluso recibían las visitas a la intemperie y rodeados de soldados armados. Aquí sólo estuvieron unos días gracias a la intervención de los abogados. Después, ya en la comisaría de Entrevías, las cosas han ido mejor, aunque se les han suprimido las visitas de amigos».

En cuanto a muestras de apoyo, manifestaron que han recibido algunas por parte de los compañeros, pero no muchas «porque están aterrorizados con el Código de Justicia Militar».

Los seis que quedan

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Los seis policías armados que restan detenidos son: José Izquierdo Monterroso, Angel Escorial Herranz, Celestino Moreno Fernández, Prisciliano García Gómez, Vicente García Egea (todos ellos por presunto delito de insulto a un superior, al igual que Manuel de la Fuente Ruiz, al que se le piden veinte años y otros dos por sedición).

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