Comienza la explotación de las reservas petrolíferas de Alaska

Estados Unidos inició ayer la explotación comercial de sus reservas petrolíferas de Alaska, tras varios años de preparación, en un momento en que el mundo y los propios Estados Unidos se enfrentan con la grave crisis petrolífera.

Los primeros barriles del petróleo que yace en la bahía de Prodnoe comenzaron a deslizarse por el oleoducto de 1.500 kilómetros de recorrido, que tiene como punto final el puerto de Vélez.La producción de crudo de los nuevos pozos alcanzará pronto 1,2 millones de barriles diarios, que llegarán hasta la costa norteamericana del Pacífico por barco, once años desp...

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Estados Unidos inició ayer la explotación comercial de sus reservas petrolíferas de Alaska, tras varios años de preparación, en un momento en que el mundo y los propios Estados Unidos se enfrentan con la grave crisis petrolífera.

Los primeros barriles del petróleo que yace en la bahía de Prodnoe comenzaron a deslizarse por el oleoducto de 1.500 kilómetros de recorrido, que tiene como punto final el puerto de Vélez.La producción de crudo de los nuevos pozos alcanzará pronto 1,2 millones de barriles diarios, que llegarán hasta la costa norteamericana del Pacífico por barco, once años después de su descubrimiento por las compañías norteamericanas Atlantic Richfield y Exxon.

Aunque las reservas de Alaska se calculan en más de 30.000 millones de barriles, los expertos calculan que sólo serán aprovechables unos 9.700 millones de barriles, lo que permitirá su explotación durante cerca de tres décadas, sin contar con las reservas de gas natural acumuladas en el subsuelo de Alaska.

El consorcio explotador de los crudos de Alaska, que ha invertido cerca de 700.000 millones de pesetas en la construcción del oleoducto y en las instalaciones de producción, está formado además de por la Exxon y Armco, por Sohio, BP y Phillips.

El comienzo de la producción petrolera de Alaska no resolverá sin embargo, los crecientes problemas energéticos de Estado Unidos, donde el consumo de petróleo está aumentando progresivamente, a pesar del encarecimiento de los precios y la campaña del Gobierno de Carter en pro del ahorro de energía.

En lo que va de año, Estados Unidos ha importado casi la mitad del petróleo que consume, y que ahora asciende a cerca de dieciocho millones de barriles diarios. A pesar de representar una mínima parte, el petróleo de Alaska reducirá el ritmo de pérdida de divisas de Estados Unidos, que durante el año pasado tuvo que pagar 31.300 millones de dólares por importaciones de crudos extranjeros, mientras que este año lleva ya un déficit comercial de 10.000 millones invertidos en petróleo.

El principal problema que proporciona el petróleo de Alaska será el de su distribución a los centros de consumo del país, ya que, según el consorcio explotador, tan sólo 600.000 barriles, de los 1,2 millones que se producen diariamente, podrán ser aprovechados en la costa occidental por falta de capacidad refinera, mientras que la producción sobrante deberá ser transportada a la costa atlántica, vía canal de Panamá, o ser exportada a Japón.

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