"Es positivo que los eurocomunistas hayan aceptado el pluralismo político"

«Nos parece positivo, que los eurocomunistas hayan aceptado el pluralismo político, desprendiéndose así del principio del partido único, que no es, por otra parte, un principio marxista. Pero todavía se les puede criticar que no es posible defender la democracia a nivel de Estado sin aplicarla también en el seno del partido con el reconocimiento de la libertad de tendencia.»

Ernest Mandel, belga, nacido casualmente en Alemania hace 54 años, economista de prestigio, miembro del secretariado de la Cuarta Internacional y quizá el dirigente trotskista más conocido a nivel mundial, definió d...

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«Nos parece positivo, que los eurocomunistas hayan aceptado el pluralismo político, desprendiéndose así del principio del partido único, que no es, por otra parte, un principio marxista. Pero todavía se les puede criticar que no es posible defender la democracia a nivel de Estado sin aplicarla también en el seno del partido con el reconocimiento de la libertad de tendencia.»

Ernest Mandel, belga, nacido casualmente en Alemania hace 54 años, economista de prestigio, miembro del secretariado de la Cuarta Internacional y quizá el dirigente trotskista más conocido a nivel mundial, definió de este modo la evolución experimentada en las últimas décadas por los partidos comunista de Europa occidental. El señor Mandel ha pronunciado dos conferencias en Bilbao y San Sebastián, y en la tarde de ayer en Madrid, sobre la crisis del capitalismo y el movimiento obrero.«El rechazo del partido único -añade- significa la recuperación parcial de algo que nosotros y los seguidores de Rosa Luxemburgo hemos sido los únicos en defender dentro del marco marxista-leninista. Conviene añadir que en la libertad no hay términos medios. O se defiende la infalibilidad del partido y su dirección, lo que conduce al stalinismo, o se defiende la democracia sin límites. No cabe quedarse entre las dos posiciones porque conducen sin remedio a los extremos. Nosotros hemos defendido siempre la democracia sin límites.»

Desde este ángulo, Mandel critica también con severidad al movimiento maoista: «Si se pide la libertad para los presos no hay que olvidarse de que la compañera de Mao está en la cárcel. Creo que la revolución cultural fue un fracaso porque Mao trató de evitar la burocratización mediante movilizaciones populares, y con eso sólo no basta. Es preciso institucionalizar el proceso democrático en el seno del partido.

Unión de izquierdas

El ascenso de las izquierdas en Francia le merece el siguiente comentario: «La mayoría de la unión de las izquierdas en Francia está casi asegurada en las próximas elecciones, dejando siempre a salvo ese factor imprevisible que hay en toda elección. Pero no creo que el programa de la unión de las izquierdas implique un cambio de estructuras, una ruptura con el capitalismo. Se trata de un programa de reformismo, que ni aún aplicado en su conjunto rompe con la economía burguesa, y yo pienso que ni siquiera ese programa va a ser aplicado en su totalidad.»La crisis económica mundial tiene para Mandel las siguientes consecuencias: «La sociedad del bienestar ha desaparecido por mucho tiempo. Ha vuelto a surgir la miseria como producto del paro. Hemos llegado a pensar que el restablecimiento del paro masivo como medio para reducir la lucha obrera era uno de los objetivos de esta crisis. Es sintomático que una cierta reanimación de la economía occidental no haya servido para reducirlos niveles de paro. »

Salida de la crisis

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La salida de crisis sólo presenta dos posibilidades desde el punto de vista del señor Mandel: «Después de una etapa de paro masivo, el movimiento obrero tiene una oportunidad histórica para llevar a cabo con éxito una revolución socialista. Si no lo consigue, si los elementos disgregadores alcanzan al propio movimiento obrero, volveremos a una situación similar a la que se registró en los años treinta. Asistiremos a una contraofensiva de la derecha contra las conquistas obreras y contra las propias libertades democráticas.»Mandel analiza así la situación española: «El perfil industrial del Estado español es similar al europeo, y el movimiento obrero trata de conseguir también unos niveles de bienestar equiparables. La ascensión del movimiento obrero es imparable, y no creo que en estas condiciones sea posible ningún pacto social. »

La lucha social y la lucha nacional coinciden en Euzkadi. Mande opina que deben combinarse ambas: «El movimiento obrero debe asumir todas las libertades democráticas, y entre ellas las nacionales, pero debe hacerlo empleando métodos de clase. Lo que sí es cierto es que si no triunfa la clase obrera, ustedes no conocerán un verdadera autonomía.»

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