La procesión de los malditos

«En este tiempo de Cuaresma, la lenta procesión de los disidentes -falsos locos soviéticos, contestatarios polacos, firmantes checos de la Carta 77, poetas del este alemán, y si es posible, algunos escapados de Camboya-, debieran pasar en silencio antelas rejas del Elíseo.Más lejos, le seguiría el largo y fúnebre cortejo de los disidentes desconocidos: andrajos de las cárceles de Chile, aImas en pena de los masacrados de Argentina y Uganda y de los torturados de los cinco continentes, niños famélicos del gran Sao Paulo y del resto del Tercer Mundo subcapitalista, y cerrando la manifesta...

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«En este tiempo de Cuaresma, la lenta procesión de los disidentes -falsos locos soviéticos, contestatarios polacos, firmantes checos de la Carta 77, poetas del este alemán, y si es posible, algunos escapados de Camboya-, debieran pasar en silencio antelas rejas del Elíseo.Más lejos, le seguiría el largo y fúnebre cortejo de los disidentes desconocidos: andrajos de las cárceles de Chile, aImas en pena de los masacrados de Argentina y Uganda y de los torturados de los cinco continentes, niños famélicos del gran Sao Paulo y del resto del Tercer Mundo subcapitalista, y cerrando la manifestación, los catorce millones de parados del mundo libre americano y del mundo libre europeo.

Disidentes de todos los países... Voluntarios o forzados, no son todos iguales. Los que los apoyan, tampoco.»

28 febrero

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