Cartas al director

Dudas

Estoy siguiendo con interés en su diario el desarrollo del problema planteado por la larga huelga de los profesores no numerarios de instituto. Por mi edad, 68 años, y mi condición de viuda desde hace 34, el asunto no me afecta directamente, pero hay algo en él que ha provocado mi curiosidad.De las declaraciones de los profesores en huelga se desprende que todos ellos son acreedores a la estabilidad en los puestos que ahora ocupan porque han demostrado su preparación y aptitud pedagógica en un tiempo más o menos largo, según los casos. Si esto fuera así, si en realidad todos ellos fuera...

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Estoy siguiendo con interés en su diario el desarrollo del problema planteado por la larga huelga de los profesores no numerarios de instituto. Por mi edad, 68 años, y mi condición de viuda desde hace 34, el asunto no me afecta directamente, pero hay algo en él que ha provocado mi curiosidad.De las declaraciones de los profesores en huelga se desprende que todos ellos son acreedores a la estabilidad en los puestos que ahora ocupan porque han demostrado su preparación y aptitud pedagógica en un tiempo más o menos largo, según los casos. Si esto fuera así, si en realidad todos ellos fueran auténticos profesores y pedagogos, se podría esperar que el nivel de conocimientos de sus alumnos fuera excelente. ¿Cómo se explica, entonces, que cada año se acuse un descenso en el nivel de formación de los estudiantes que acceden a la universidad? Algunas informaciones, aparecidas en la prensa, en unos momentos u otros, y referidas a la situación universitaria, así lo hacen pensar.

El análisis de la pregunta anterior -con todo lo que ella implicase sale de mis posibilidades, pero incluso una profana como yo puede darse cuenta de que «algo» marcha muy mal en la enseñanza. Es justo reconocer que esos malos resultados no se pueden achacar exclusivamente a los profesores «no numerarios» y sin duda habrá «numerarios» que tengan su parte de culpa. Pero son los mismos profesores en huelga los que aluden frecuentemente a que son ellos los que llevan el peso de la enseñanza en el bachillerato, al ser su número desproporcionadamente mayor que el de los profesores numerarios.

Todo esto me sugiere otra pregunta: ¿No se estará intentando, una vez más, hacer realidad lo de «a río revuelto...»?

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