Siguen las dudas

Las recientes conferencias de prensa de la policía sobre los secuestros de Oriol y del general Villaescusa no han respondido a la principal interrogación: ¿Quiénes están detrás de los secuestradores? y no han podido disipar «el profundo escepticismo», estima el diario EL PAIS en un editorial del 16 de febrero.El periódico independiente que sirvió de intermediario a los secuestradores, publicando sus cartas, escribe: «No dudamos que el GRAPO existe, con las características presentadas por la policía. Este grupo de fanáticos es bien real, pero puede también ser la puntilla de una operación desti...

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Las recientes conferencias de prensa de la policía sobre los secuestros de Oriol y del general Villaescusa no han respondido a la principal interrogación: ¿Quiénes están detrás de los secuestradores? y no han podido disipar «el profundo escepticismo», estima el diario EL PAIS en un editorial del 16 de febrero.El periódico independiente que sirvió de intermediario a los secuestradores, publicando sus cartas, escribe: «No dudamos que el GRAPO existe, con las características presentadas por la policía. Este grupo de fanáticos es bien real, pero puede también ser la puntilla de una operación destinada a amenazar la estabilidad del Estado. Las versiones oficiales, prolijas en ciertos aspectos y avaras de detalles en otrós, dejan intacto el fondo del problema. Esto es grave.»

El periódico señala algunos puntos que le parecen contener inverosimilitudes o contradicciones en los detalles dados por la policía. «¿Cómo esos asesinos profesionales de la lucha armada, hábiles en el manejo de la granada y de la ametralladora, pueden ser los mismos que se les encuentre viviendo con ninos, jugando a las cartas con sus rehenes.y dejándose coger prisioneros por la policía sin ofrecer la menor resistencia?», escribe EL PAIS.

¿Cómo han dispuesto de tanto dinero para comprar pisos refugios? y ¿por qué el señor Oriol no ha dicho que había estado detenido varios días con el general? ¿Por qué afirma: «No me he sentido nunca en peligo de muerte»?

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EL PAIS concluye: «Toda la luz debe hacerse, el Gobierno debe responder. Es necesario saber si esos radícales de esta izquierda, de todas las izquierdas, no, han sido manipuladas. »

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