Desde ayer, relaciones diplomáticas España-Rumania

España y Rumania han establecido relaciones diplomáticas plenas, por vez primera, desde que el 30 de diciembre de 1947 abdicase el rey Miguel I de aquel pais y se proclamara la República Popular. En agosto de 1965 una nueva constitución creó la República Socialista de Rumania que en 1967 estableció relaciones comerciales con España.

Sobre las 6.30 de la tarde la Oficina de Información Diplomática dio a conocer el siguiente comunicado conjunto:«El Gobierno de España y el Gobierno de la República Socialista de Rumania, deseando contribuir al desarrollo de una solución fructífera entre los...

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España y Rumania han establecido relaciones diplomáticas plenas, por vez primera, desde que el 30 de diciembre de 1947 abdicase el rey Miguel I de aquel pais y se proclamara la República Popular. En agosto de 1965 una nueva constitución creó la República Socialista de Rumania que en 1967 estableció relaciones comerciales con España.

Sobre las 6.30 de la tarde la Oficina de Información Diplomática dio a conocer el siguiente comunicado conjunto:«El Gobierno de España y el Gobierno de la República Socialista de Rumania, deseando contribuir al desarrollo de una solución fructífera entre los dos países y pueblos, al fortalecimiento de la paz y seguridad en Europa y en el mundo, han decidido restablecer las relaciones diplomáticas entre España y Rumania a nivel de embajada, a partir del 21 de enero de 1977.»

La larga marcha al Este

La apertura al Este -la ostpolitik española- se inició por los años sesenta y concretamente desde París, donde José María de Areilza se encontraba al frente de la embajada española. La marcha, desde entonces, ha sido lenta y zigzagueante. El dato más espectacular se produjo en 1973, con el establecimiento de relaciones diplomáticas plenas con Pekín, siendo ministro de Asuntos Exteriores el señor López Bravo, aunque ello encaje exactamente en la política española hacia los que denominamos países del Este.Por lo que hace a Rumania, las relaciones comerciales se iniciaron en 1967. En mayo del año pasado todo parecía a punto para el anuncio de la plena normalización pero, entre los días 18 y 23 de aquel mes la prensa tuvo que dedicar amplios espacios para tratar de explicar lo que se calificó de frenazo inesperado y de congelación imprevista, por parte rumana. En ese sentido se barajó la influencia de un viaje que días antes había hecho a aquel país el secretario del Partido Comunista Español, señor Carrillo -entonces exiliado- para evitar que la normalización se produjese. Dentro de esta interpretación se aseguró que el señor Carrillo habría hecho ver al presidente Ceauscescu -que se mostraba reticente a las tesis del secretario del PCE- el peligro que encerraba para su partido el que el Gobierno español pudiese esgrimir la normalización como factor retardatario de la legalización del PCE.

Aunque nunca se explicó oficialmente la influencia real de aquellas conversaciones, el hecho cierto es que el anuncio de normalización diplomática no se produjo y las previsiones optimistas del entonces ministro de Asuntos Exteriores, señor Arellza, quedaron en suspenso.

Meses más tarde, Santiago Carrillo, en su primera rueda de prensa celebrada en Madrid declaró que el PCE había retirado los obstáculos para las negociaciones diplomáticas entre España y los países del Este, con lo que implícitamente reconocía que había fomentado esos obstáculos.

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Ayer por la tarde, la oficina de prensa del PCE, nos facilitó el siguiente comunicado: «Consultado Santiago Carrillo, ha mostrado su satisfacción por el restable cimiento de relaciones diplomáticas entre España y la República Socialistade Rumania. Ha recordado que, precisamente, en su conferencia de prensa del 10 de dicierribre manifestó que el PCE se declaraba favorable al establecimiento de tales relaciones, entre España y los países socialistas, con la idea de que así podría facilitarse la solución de los problemas económicos nacionales.»

Las relaciones comerciales con Rumania son intensas y arrojan un saldo deficitario para España. Así, por ejemplo, en 1975 las importaciones fueron de algo más de 6.000 millones de pesetas, mientras que las exportaciones españolas apenas sobrepasaron los 2.000 millones. (Información sobre la visita del ministro de Comercio en pág. 29.)

De cualquIer forma el volumen de esas relaciones se ha ido incrementando paulaunamente, tanto por lo que hace a nuestras importaciones (carne, madera, petróleo, productos siderúrgicos) como a las exportaciones de aquel país.

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