Nueva mínima para la Bolsa

Las dos primeras sesiones del año en las bolsas españolas pueden calificarse de desastrosas, de excesivamente desastrosas en opinión de algunos expertos. Ayer, en Madrid, la jornada puede calificarse de histórica, ya que sólo se contrataron 74 valores -lo habitual, incluso en malas épocas, es más de cien- y se movieron 43 millones de pesetas de capital nominal -lo normal es superar el centenar-. Otro dato elocuente: únicamente el Metro sube en la bolsa madrileña. Téngase en cuenta que Metro es un valor de vida lánguida que cotiza ahora a setenta y que está en espera una inmediata...

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Las dos primeras sesiones del año en las bolsas españolas pueden calificarse de desastrosas, de excesivamente desastrosas en opinión de algunos expertos. Ayer, en Madrid, la jornada puede calificarse de histórica, ya que sólo se contrataron 74 valores -lo habitual, incluso en malas épocas, es más de cien- y se movieron 43 millones de pesetas de capital nominal -lo normal es superar el centenar-. Otro dato elocuente: únicamente el Metro sube en la bolsa madrileña. Téngase en cuenta que Metro es un valor de vida lánguida que cotiza ahora a setenta y que está en espera una inmediata nacionalización. El valor bancario más importante desde un punto de vista bursátil, entre los que cotizaron ayer, es la López Quesada.En el corro eléctrico, solamente Catalana de Gas e Iberduero se mantienen, por encima de cien. Hidrola y Sevillana cotizaron respectivamente a 96 y 95.

Para muchos, el panorama bursátil de estos días está profundamente influido por objetivos catastrofistas y desestabilizadores de algunos sectores, no necesariamente identificados por el colectivo de la gran banca. Si el termómetro político que es la Bolsa marca bajo mínimos, conocidos sectores ideológicos tratarán de sacar rentabilidad del miedo de empresarios y clase media, opinan algunos expertos. En los mismos medios se considera que la gravedad de la situación económica no es tal como para que la bolsa ofrezca el panorama actual. En algunos de los grandes bancos nos insisten en que su posición es de evitar un caos bursátil con efectos negativos sobre la evolución política, aunque esta actitud no parece que sea homogénea en la institución.

Más información en págs. 30 y 33

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