Nueva ley contra la discrimimación ideológica en el Ulster

Nuestro país, dónde está vigente la discriminación de agente a causa de sus creencias políticas y religiosas, vive como si todavía estuviéramos en la Edad Media. La frase definía al Ulster y nos la dijo en Londres hace unos, días la líder pacifista Betty Williams.

Formalmente, esa situación ha acabado. Lo determina una ley puesta en vigor ayer para obligar a los empresarios a no fijarse en la ideología de los trabajadores que pidan empleos. La ley no sólo establece el tratamiento que merezcan los empresarios que desobedezcan estas normas sino que prevé la formación de un comité encargad...

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Nuestro país, dónde está vigente la discriminación de agente a causa de sus creencias políticas y religiosas, vive como si todavía estuviéramos en la Edad Media. La frase definía al Ulster y nos la dijo en Londres hace unos, días la líder pacifista Betty Williams.

Formalmente, esa situación ha acabado. Lo determina una ley puesta en vigor ayer para obligar a los empresarios a no fijarse en la ideología de los trabajadores que pidan empleos. La ley no sólo establece el tratamiento que merezcan los empresarios que desobedezcan estas normas sino que prevé la formación de un comité encargado de convencer a los irlandeses de que es erróneo considerar la desigualdad como una norma de vida.El propósito más ambicioso de la ley es el de romper las fronteras existentes, incluso de manera física, entre las dos principales comunidades de la provincia. Los encargados de poner en marcha el comité que esta legislación ha previsto consideran que una política de igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo puede terminar anulando los sentimientos sectanos que prevalecen en el Ulster. En el mismo sentido iniciaron los sindicatos británicos una campaña hace dos años. El éxito ha sido nulo. Las presiones de trabajadores protestantes sobre católicos para que éstos no tomen empleos en las áreas unionistas de Belfást ha sido uno de los inicios de la violencia sectaria más grave que se ha producido en la última década en Irlanda del Norte.

La ley que intenta acabar con lo que Betty Williams llama el modo de vida medieval del Ulster forma parte del programa que el Gobierno se propone poner en práctica para solucionar el conflicto irlandés haciendo lo posible por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de la provincia.

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