Luz verde en la ONU a un Estado palestino

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado por mayoría abrumadora un plan para el establecimiento de un Estado palestino en la ribera occidental del río Jordán y en la franja de Gaza, territorios ambos ocupados por Israel. En, la resolución, que ha tenido noventa votos favorables, dieciséis contrarios y treinta abstenciones, se reconoce el derecho inalienable de los palestinos a tener su propio Estado y se pide a todos los organismos de la ONU que tomen las medidas necesarias para su cumplimiento. Estados Unidos y Gran Bretaña fueron los votos contrarios más significativos. España...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado por mayoría abrumadora un plan para el establecimiento de un Estado palestino en la ribera occidental del río Jordán y en la franja de Gaza, territorios ambos ocupados por Israel. En, la resolución, que ha tenido noventa votos favorables, dieciséis contrarios y treinta abstenciones, se reconoce el derecho inalienable de los palestinos a tener su propio Estado y se pide a todos los organismos de la ONU que tomen las medidas necesarias para su cumplimiento. Estados Unidos y Gran Bretaña fueron los votos contrarios más significativos. España votó a favor, junto con algunos países latinoamericanos, la mayoría, de los cuales, sin embargo, se abstuvieron.

El embajador israelí ante las Naciones Unidas, Chaim Herzog, reaccionó de inmediato rechazando frontalmente la resolución: No tenemos la intención de suicidarnos. No aceptaremos que nos impongan soluciones. El plan aprobado está calculado para la destrucción de Israel y es obra de la Organización de Liberación de Palestina.

Medio siglo de hostilidades

La ONU aprueba la creación Estado palestino

Desde comienzos de siglo, centenares de miles de árabes han poblado el territorio confiado en 1920 al mandato británico bajo el nombre de Palestina. El nacionalismo específicamente palestino no se desarrolló hasta pasada la primera guerra mundial, y en 1920, en Damasco, se reunió la tercera convención de representantes de Palestina para condenar la Declaración Balfour de 1917, prometiendo a los judíos un hogar nacional. Entonces ya se pronunciaron los palestinos por la independencia nacional, y desde aquel año no han cesado de luchar, pacífica o violentamente, en favor de su integridad territorial y de la independencia de su patria. Entre las dos guerras mundiales, sobre todo tras el advenimiento del nazismo en Alemania, la inmigración, la colonización de tierras agrícolas, la judaización progresiva de varias zonas de Palestina, la infraestructura político-militar creada por la Agencia Judía, se efectuaron contra la voluntad de los árabes, y a veces contra la de Gran Bretaña, la potencia ocupante. El objetivo ya no era la creación de un hogar judío, sino más bien la creación de un Estado judío, fundado sobre la negación de la existencia y los derechos nacionales del pueblo palestino. El vigésimo segundo congreso sionista, en diciembre de 1946, formuló una propuesta que la ONU adoptaría en noviembre del año siguiente: Palestina se dividiría en dos Estados; judío, uno; árabe, el otro.

El veredicto de la comunidad internacional suscitó la indignación árabe, materializada desde entonces en un combate desigual e ininterrumpido. En 1956, tropas israelíes apoyadas por Gran Bretaña y Francia atacaron Egipto tras la nacionalización por Nasser del canal de Suez. Esta invasión fue condenada por las Naciones Unidas y los atacantes se retiraron. Israel, en la guerra de los Seis Días, en junio del 67 extendió sus fronteras no sólo a costa de territorio palestino, sino también de la península egipcia del Sinaí y de las montañas sirias del Golán. Las Naciones Unidas, en su resolución 242, exigieron a Israel la retirada de los territorios ocupados con el decisivo apoyo armamentista de Estados Unidos. En octubre de 1973, en la denominada guerra del Ramadán, fuerzas egipcias cruzan el canal y tropas sirias rebasan el Golán en un intento de liberar sus territorios. Después de la gestión de Kissinger, los frentes se estabilizan con un ligero avance egipcio en el canal. Tel-Aviv practica una política de judaización de los territorios ocupados, que también ha sido condenada por las Naciones Unidas. En 1967 Israel se anexionó Jerusalén cuya devolución no está dispuesta a negociar. La situación es, por tanto, igual de explosiva que en 1947, y el pueblo palestino, representado por la Organización de Liberación de Palestina, se ha planteado ante la historia su derecho a un Estado nacional, o su exterminio.

Archivado En