Cartas al director

Un instituto modélico

Le pongo unas letras para comentar un bello artículo de mi amigo Pedro Alvarez de Miranda sobre el fallecimiento de María Sánchez Arbós. He seguido con mucho interés la biografía de esta gran maestra que aquí se da, pero echo de menos una alusión a la época final, después de su estancia en Daganzo, en que María alcanzó, tras tanto sufrimiento un periodo de calma en la escuela Primaria del Instituto Isabel la Católica, del que yo era catedrático delegado en los años cincuenta. Allí pude apreciar sus dotes pedagógicas y su calidad humana. También soy uno de los pocos que tiene y relee con frecue...

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Le pongo unas letras para comentar un bello artículo de mi amigo Pedro Alvarez de Miranda sobre el fallecimiento de María Sánchez Arbós. He seguido con mucho interés la biografía de esta gran maestra que aquí se da, pero echo de menos una alusión a la época final, después de su estancia en Daganzo, en que María alcanzó, tras tanto sufrimiento un periodo de calma en la escuela Primaria del Instituto Isabel la Católica, del que yo era catedrático delegado en los años cincuenta. Allí pude apreciar sus dotes pedagógicas y su calidad humana. También soy uno de los pocos que tiene y relee con frecuencia su estupendo diario.La escuela en cuesitón intentó, dentro de las dificultades de aquellos años conservar lo que se podría del espíritu del instituto-escuela as que había estado adscrita en los años de la República; y creo que no anduvimos demasiado lejos de lo que a María le había gustado siempre. El suprimir de un plumazo este centro para sumarse a la inhumana masificación del que había sido instituto modélico fue un gran error.

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