Evitar exclusiones

En una carta de don Eduardo Martínez dirigida a Vd. y que se publica en el número del 3 de los corrientes del periódico, el comunicante expresa su deseo de que alguien le aclare unos puntos sobre la Democracia Cristiana.Por ello, me permito enviarle esta carta para que, con su publicación, pueda dicho señor -y los demás lectores- superar las dudas expuestas.

Cuando pedimos un «trato de igualdad para todos los partidos políticos», es obvio que queremos evitar cualquier exclusión, sea de la derecha o de la izquierda, pues el derecho a asociarse políticamente es inherente a la persona hum...

En una carta de don Eduardo Martínez dirigida a Vd. y que se publica en el número del 3 de los corrientes del periódico, el comunicante expresa su deseo de que alguien le aclare unos puntos sobre la Democracia Cristiana.Por ello, me permito enviarle esta carta para que, con su publicación, pueda dicho señor -y los demás lectores- superar las dudas expuestas.

Cuando pedimos un «trato de igualdad para todos los partidos políticos», es obvio que queremos evitar cualquier exclusión, sea de la derecha o de la izquierda, pues el derecho a asociarse políticamente es inherente a la persona humana y no lo limitamos ni a los fascistas ni a los comunistas.

Nuestra actitud frente a las dictaduras es también indiscriminada y estamos enfrente tanto de las de América Latina como de las de Europa, por considerar que en ellas no se respetan los derechos humanos. Puedo decir como demócrata-cristiano, que donde la Democracia Cristiana gobierna o tiene la suficiente fuerza en la oposición, existe libertad en el sentido más noble de este término.

Me permito discrepar de don Eduardo Martínez en cuanto que la Democracia Cristiana «apoya el extremismo de izquierda». No apoyamos ningún extremismo, como se prueba por los derechos que Izquierda Democrática exigió para estar en Coordinación Democrática y que se refiere a evitar las alteraciones de orden público.