Documento confuso

La democracia deportiva está a punto de llegar, pero se va a encontrar a la Delegación Nacional de deportes despeinada. Y es que hay cosas en este país que, por mucho que se anuncien, siempre acaban pillándonos desprevenidos. La DND ha publicado recientemente las normas por las que se van a regir las elecciones y el documento no puede ser más confuso. El nuevo equipo director del deporte nacional resulta que tampoco está preparado para los nuevos tiempos.Este documento, lleno de zonas difusas y hasta contradictorias, supongo que ha sido elaborado por el equipo que Benito Castejón se llevó cons...

La democracia deportiva está a punto de llegar, pero se va a encontrar a la Delegación Nacional de deportes despeinada. Y es que hay cosas en este país que, por mucho que se anuncien, siempre acaban pillándonos desprevenidos. La DND ha publicado recientemente las normas por las que se van a regir las elecciones y el documento no puede ser más confuso. El nuevo equipo director del deporte nacional resulta que tampoco está preparado para los nuevos tiempos.Este documento, lleno de zonas difusas y hasta contradictorias, supongo que ha sido elaborado por el equipo que Benito Castejón se llevó consigo. La formación del equipo resultó sorprendente porque en él hubo demasiados nombres que conocen el deporte como razón de ser del ordenamiento jurídico y racional que se iba a hacer. A las primeras de cambio, este equipo ha alumbrado unas normas que en nada han mejorado el nivel anterior. Ha fallado esta vez el conocimiento de la realidad deportiva española.

Ahora que ni el tierno ni Aranguren abogan por el decíamos ayer, podría marcarse el tanto el delegado de Deportes, ya que lo que está diciendo viene a resultar lo mismo que antes. De tanto pensar en los cambios no nos vamos a dar cuenta de que aquí no cambia nada.

La DND tiene algún documento publicado al que habrá que retirar de la circulación, para evitar que los tribunales le den un bochorno. Merecería la pena que el de las elecciones fuera corregido. Tras tantos años de espera, cuatro meses más son bien poco.