"El Viejo Topo", nueva revista cultural

«Un topo viejo, metáfora de subversión y experiencia. Paulatina excavación de galerías subterráneas, lenta y minuciosa destrucción de los cimientos de una sociedad absurda. Labor acaso estéril: ¿Quién sabe si por las venas del ídolo corre ya tan sólo barro reseco? Un ayudar a morir esta civilización agonizante... ». Con estas palabras comienza el editorial de presentación de la nueva revista mensual El viejo topo, que dirigida por Francisco Arroyo, edita Iniciativas Editoriales SA, con sede en Barcelona.En su primer número incluye los siguientes trabajos: ...

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«Un topo viejo, metáfora de subversión y experiencia. Paulatina excavación de galerías subterráneas, lenta y minuciosa destrucción de los cimientos de una sociedad absurda. Labor acaso estéril: ¿Quién sabe si por las venas del ídolo corre ya tan sólo barro reseco? Un ayudar a morir esta civilización agonizante... ». Con estas palabras comienza el editorial de presentación de la nueva revista mensual El viejo topo, que dirigida por Francisco Arroyo, edita Iniciativas Editoriales SA, con sede en Barcelona.En su primer número incluye los siguientes trabajos: Los herederos de Marx, de Paco Fernández Buey, Prensa revolucionaria en el seno de la sociedad burguesa, de Alain Krivine; Los tebeos de Mao, ¿cultura popular o infracultura?, de Carlo Frabetti; Nuevo biologismo, nuevo fascismo, de Joan Senent-Josa; Carlos Saura, un anarquista despistado, entrevista realizada por C. Montañá y J. Sarret; Filosofía y vida cotidiana: La política como opio del pueblo; un amplio dossier sobre Droga y Literatura con la participación, entre otros, de José Luis Giménez Frontin, Marvel Unbewsste, Octavio Paz y Biel Mesquida; Alexandra Kolontai, por Laura Tremosa y diversas «críticas de libros, cine y teatro.

El viejo topo, con 68 páginas y un precio de 75 pesetas, se presenta por primera vez al público con la esperanza de que «tal vez algún día el topo dinamite con sus risas subterráneas, galerías y trincheras. Y la tristeza de lo caduco estalle en pedazos ante el fragor revolucionario. Aquel día «el viejo topo» del que hablaba Marx habrá salido a la luz del sol».

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