Religión

Monseñor Lefèbvre insiste en su actitud integrista

«Hablé de Argentina, pero hubiese podido citar, como ejemplo a seguir, Chile», declaró ayer en su seminario de Econe (Suiza), monseñor Lefèbvre, insistiendo en la labor benéfica, para Argentina, del Gobierno actual, «muchos de cuyos hombres tienen sentimientos cristianos».

El obispo integrista, después de su conferencia de prensa, aún hizo muchas confidencias, abordando de nuevo el tema del comunismo, «que es el peligro más grande para la civilización y para la Iglesia». Afirmó igualmente que varios hombres políticos franceses, de alto rango, le han escrito cartas, preocupándose por...

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«Hablé de Argentina, pero hubiese podido citar, como ejemplo a seguir, Chile», declaró ayer en su seminario de Econe (Suiza), monseñor Lefèbvre, insistiendo en la labor benéfica, para Argentina, del Gobierno actual, «muchos de cuyos hombres tienen sentimientos cristianos».

El obispo integrista, después de su conferencia de prensa, aún hizo muchas confidencias, abordando de nuevo el tema del comunismo, «que es el peligro más grande para la civilización y para la Iglesia». Afirmó igualmente que varios hombres políticos franceses, de alto rango, le han escrito cartas, preocupándose por la crisis actual de la Iglesia y expresando buenos deseos para que se llegue a una solución. Aseguró que «el Gobierno francés también está inquieto, aunque sólo sea por razones electorales».

Por su lado, el presidente francés, Giscard d'Estaing, manifestó ayer su «preocupación por todo lo que puede dividir a la Iglesia». Monseñor Badre, obispo de Bayeux y presidente de la Comisión Episcopal que se ocupa de los medios informativos, criticó severamente la declaración de Giscard, «que, en tanto que presidente, debiera ser más reservado».

A la última conferencia de prensa, anteayer, en Econe, del obispo integrista, sólo asistieron unos 30 periodistas de la prensa internacional. En la opinión pública su caso parece que empieza a cansar. Algún observador opina que, en definitiva, el asunto «Lefèbvre», si no fue montado explícitamente con tal objetivo, «ha servido al Papa Pablo VI para que se olviden un poco sus intervenciones violentas, durante la última campaña electoral italiana, contra los comunistas de Berlinguer».

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