Los controladores hacen públicas las razones de su "huelga de celo"

El Ministerio del Aire comunicó ayer, a través de una nota difundida por su Gabinete de Prensa, que los retrasos en las operaciones de aterrizaje y despegue de los aviones en el aeropuerto de Barajas son debidos «a ciertas deficiencias técnicas que obligan a los controladores a tomar medidas restrictivas encaminadas a lograr una mayor seguridad en su trabajo». Un portavoz de estos profesionales afirmó a la agencia Cifra que las actuales anormalidades son la manifestación directa del descontento y malestar generalizado que existe entre estos funcionarios con respecto a su situación laboral.A úl...

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El Ministerio del Aire comunicó ayer, a través de una nota difundida por su Gabinete de Prensa, que los retrasos en las operaciones de aterrizaje y despegue de los aviones en el aeropuerto de Barajas son debidos «a ciertas deficiencias técnicas que obligan a los controladores a tomar medidas restrictivas encaminadas a lograr una mayor seguridad en su trabajo». Un portavoz de estos profesionales afirmó a la agencia Cifra que las actuales anormalidades son la manifestación directa del descontento y malestar generalizado que existe entre estos funcionarios con respecto a su situación laboral.A última hora de la tarde de ayer, en Barajas prácticamente todos los vuelos sufrían retrasos importantes.

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La actual huelga de celo, confirmada por sus propios protagonistas es denominada en fuentes oficiales como «restricciones laborales», ya que, por su condición de funcionarios civiles dependientes de un organismo militar (el mencionado Ministerio del Aire), no pueden legalmente acogerse al decreto-ley regulador de la huelga. Tales «restricciones» suponen los efectos propios de la huelga de celo, es decir, que el personal encargado de los controles se niega a hacerse responsable de más vuelos de los que puede atender, y, en consecuencia, se producen retrasos en la salida y entrada de vuelos.En este sentido, las mencionadas fuentes afirman que cada controlador sólo atiende dos aparatos en períodos de veinte minutos, mientras que anteriormente llegaban a producirse situaciones en las que un solo controlador mantenía contactos hasta con 20 aviones al mismo tiempo.

Otro de los problemas que tienen planteados viene dado por su condición de funcionarios civiles, hecho éste que les impide organizarse para la defensa de sus intereses. Igualmente no están afiliados a la Seguridad Social, y a pesar de la intensidad de los turnos rotatorios (mañana, tarde y noche), incluso en los domingos y demás días festivos, no perciben pluses por este concepto.

Sus peticiones, según explicaron a Cifra, podrían resumirse en los siguientes puntos:

- Organización del cuerpo de controladores aéreos tanto técnica como profesionalmente.

- Elección de una comisión nacional de controladores que, una vez reconocida oficialmente, participe en la organización del cuerpo y en la elaboración de un nuevo reglamento que responda de manera real a sus necesidades.

- Incremento de la plantilla para atender debidamente las necesidades del tráfico aéreo en España.

- Mejora del instrumental técnico utilizado, unido al aumento de aparatos controladores.

- Ascenso de su categoría profesional y mejoras salariales.

El problema de los controladores, según informó a EL PAIS uno de los empleados del aeropuerto, viene de lejos. Las razones fundamentales que explican su actual repercusión a la opinión pública se deben, en primer lugar, a que durante el mes de agosto, por ser éste el mes con mayor afluencia turística del año, los efectos de sus protestas son más acusados por las compañías de aviación, lo que presiona en mayor medida sobre éstas para que reconsideren el conflicto.

Pese a que la actual huelga de celo está costando a las compañías considerables pérdidas económicas, además del consiguiente desprestigio que se deriva del descontento de los viajeros, parece ser que, hasta el momento, la Administración no ha dado muestras de mantener conversaciones con los controladores con vistas a solucionar el problema.

Unicamente la compañía Aviaco celebró en la tarde de ayer una reunión con representantes del personal de vuelo que expusieron el perjuicio que les supone la actitud de los controladores.

Por su parte, un portavoz de esta compañía señaló que Aviaco está cumpliendo con todas sus previsiones de vuelos, sin que se haya visto obligada a disminuir la total seguridad de los viajeros y del material, a pesar del cambio de tripulaciones que en algún momento ha realizado debido a los problemas surgidos en el control de vuelos.

En relación con ciertos rumores, totalmente sin confirmar, referentes a leves accidentes en el aterrizaje de los aviones por actitud de los controladores, las fuentes próximas a la compañía Iberia, consultadas por EL PAIS, han manifestado la difícil credibilidad de dichos rumores, dado que los controladores son profesionales conscientes de su responsabilidad, por lo que es, prácticamente, imposible que atenten contra la seguridad de los viajeros.

La tripulación de vuelo, por su parte, no se ha sumado a la huelga de los controladores pese a que sufran en las demoras las consecuencias de tal actitud.

En la terminal de Las Palmas, según indica la agencia Pyresa, algunos aviones están llegando con retrasos de varias horas, la mayoría procedentes de Madrid y Barcelona (hasta ahora focos de la huelga) y pertenecientes a la compañía Iberia y otros vuelos, «charter». Asimismo, esta agencia afirma que no se descarta la posibilidad de que los controladores canarios se sumen a la huelga de sus compañeros.

También el aeropuerto de Son San Juan, en Palma de Mallorca, se encuentra notablemente afectado por las circunstancias. Durante el pasado fin de semana se concentraron en las salas de espera de las dos terminales mallorquinas hasta un total de 12.000 personas, hecho que provocó que algunas compañías de aviación trasladasen a sus pasajeros a restaurantes y hoteles a fin de evitar una mayor congestión. Es de señalar que algunos vuelos han tratado de evitar el control de Barcelona y Madrid, lo que les ha obligado a realizar amplios rodeos para dirigirse a los controles de Córcega y Cerdeña. En algunos casos, los vuelos. internacionales no salen del aeropuerto de Palma hasta que no tienen confirmada la noticia de que podrán llegar sin contratiempo a su destino, Concretamente en este aeropuerto se han llegado a producir retrasos de catorce, quince y hasta veinte horas.

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