Diferencias entre los comunistas españoles y los diplomáticos soviéticos

Funcionarios de la misión comercial de la Unión Soviética en España mantuvieron abiertamente contactos con grupos de la oposición durante los últimos meses, según el corresponsal en Madrid del diario The Washington Post, Miguel Acoca.Estos contactos, con grupos que van desde la izquierda al centro del espectro político, son, en opinión del periodista, «un signo más de la estudiada supresión de restricciones» que tiene lugar en España, desde que el Rey Juan Carlos accedió a la jefatura del Estado.

Aparentemente, continúa Acoca, estos contactos políticos de los funcionarios sov...

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Funcionarios de la misión comercial de la Unión Soviética en España mantuvieron abiertamente contactos con grupos de la oposición durante los últimos meses, según el corresponsal en Madrid del diario The Washington Post, Miguel Acoca.Estos contactos, con grupos que van desde la izquierda al centro del espectro político, son, en opinión del periodista, «un signo más de la estudiada supresión de restricciones» que tiene lugar en España, desde que el Rey Juan Carlos accedió a la jefatura del Estado.

Aparentemente, continúa Acoca, estos contactos políticos de los funcionarios soviéticos irritaron a algunos comunistas españoles, que quieren proyectar una imagen de independencia de Moscú y de alineamiento con el eurocomunismo nacionalista de Francia e Italia.

El corresponsal del Post se refiere a un «duro intercambio verbal», mantenido recientemente en una fiesta privada entre el economista Ramón Tamames, miembro del comité central del PCE, y Segei Bogomolov, un diplomático soviético adscrito a la misión comercial de la URSS en España. Tamames, según testigos presenciales, habría atacado con vehemencia a Bogomolov y al comunismo soviético.

Afirma Acoca que fuentes oficiales españolas y diplomáticas occidentales restaron importancia a las actividades soviéticas, pero añade que no cabe duda de que las idas y venidas de los funcionarios soviéticos son estrechamente vigiladas por los servicios de inteligencia españoles y occidentales.

Según el corresponsal norteamericano, diplomáticos de otros países comunistas, como Cuba, Rumania y Alemania del Este, mantienen actividad en los frentes políticos y cultural. Citando a fuentes diplomáticas occidentales, Acoca escribe que Alemania del Este, que retiró a su embajador en Madrid en septiembre, es una fuente de financiación para actividades izquierdistas sin especificar, pero posiblemente para apoyar movimientos huelguísticos. Los rumanos mantienen un gran intercambio cultural y destacan su independencia de la línea política de la Unión Soviética. Por último, los cubanos son los «más efectivos» según las citadas fuentes, y recientemente el primer secretario del PSOE, Felipe González, visitó Cuba y se entrevistó con Fidel Castro.

Los diplomáticos chinos, continúa Acoca, se limitaron a advertir y a izquierdistas y comunistas contra los designios imperialistas de Moscú, en discretos almuerzos y cenas.

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