Cifras contradictorias sobre el número de panaderías que cerraron el domingo

Prosigue abierta la convocatoria sobre el descanso dominical de los expendedores y fabricantes de pan. Los datos ofrecidos por varios portavoces de ambos grupos se oponen rotundamente a la hora de precisar el número de panaderías que no despacharon durante la jornada del domingo y la polémica en torno a la libranza tiene visos de perpetuarse.

Las informaciones sobre el número de panaderías que cerraron sus puertas al despacho público durante la jornada del domingo resultan, hasta el momento, contradictorias, según pudo saber EL PAÍS tras una serie de consultas realizadas entre expendedo...

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Prosigue abierta la convocatoria sobre el descanso dominical de los expendedores y fabricantes de pan. Los datos ofrecidos por varios portavoces de ambos grupos se oponen rotundamente a la hora de precisar el número de panaderías que no despacharon durante la jornada del domingo y la polémica en torno a la libranza tiene visos de perpetuarse.

Las informaciones sobre el número de panaderías que cerraron sus puertas al despacho público durante la jornada del domingo resultan, hasta el momento, contradictorias, según pudo saber EL PAÍS tras una serie de consultas realizadas entre expendedores y fabricantes de pan, de Madrid.De un lado, Pedro Castro, presidente de la Agrupación Sindical de Fabricantes alude a cifras insignificantes y sin apenas trascendencia, totalmente nulas en la zona norte madrileña y escasísimas en áreas como Vallecas.

Por su parte, Julio Gutiérrez, vicepresidente de la Agrupación Provincial Sindical de Expendedores, establece que a tenor de los sondeos efectuados por panaderos que cerraron sus comercios el domingo, cabría establecer una media del 60 por 100 de los despachos de Madrid; se alcanzaron cotas del 90 por 100 en zonas como Vallecas o el Gran San Blas y niveles de un 20 por 100 de panaderías cerradas en el centro de la capital.

Si bien el señor Gutiérrez agregó que un 50 por 100 de los establecimientos cerrados pertenecía a despachos de venta de pan cuyos dueños son propietarios de panificadoras, el representante de los fabricantes, señor Castro, estimó como totalmente incorrecto este dato. Según declaró a EL PAÍS, en Madrid no existe un censo actualizado del número de panaderías abiertas. A esta ausencia de censo se agrega el hecho de que se expide pan en comercios de otros ramos, con lo cual el mecanismo a seguir a la hora de contabilizar estos cierres resulta realmente difícil. Aparte de los cálculos, evidentemente opuestos, esgrimidos por ambos señores, la polémica en torno a la libranza dominical parece tener visos de perpetuarse.

La Agrupación de Fabricantes -según ha declarado su presidente- no se opone a la libranza dominical, aunque precisó que tal deseo comporta grandes esfuerzos a la hora de materializarlo. Por tratarse de una industria basada en el más perecedero de los productos -agrega Pedro Castro- y encontrarse vinculada a sectores interdependientes pero distintos, fabricantes, expendedores, consumidores, las medidas que se adopten habrán de ser muy adecuadamente calibradas para no lesionar a nadie.

Sin embargo, Julio Gutiérrez se refiere a que los trámites que tendrían que haberse iniciado en noviembre del pasado año para dar salida al problema -del descanso dominical -cuestión que se dilata sin respuesta desde hace varios años- extrañamente no se han emprendido. Añade que en la junta general del sector, celebrada en Madrid a primeros del pasado mes de febrero, se propuso la libranza durante los festivos del calendario anual, además del descanso durante todos los domingos de julio y agosto, como procedimiento experimental para que los panaderos, aprovechando el descanso veraniego de la demanda, ensayaran ya la libranza sin causar trastornos.

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Con todo, la controversia se mantiene. Hay un hecho evidente y es el de que el abastecimiento de Madrid no resultó sustancialmente alterado durante la jornada del domingo. Para los fabricantes, la interpretación de este hecho la atribuyen al fracaso de la convocatoria de cierre y, para los expendedores que secundaron la actitud, el mantenimiento del abasto de pan se debió, fundamentalmente, a que las amas de casa realizaron sus compras el sábado.

Problema plural en su tratamiento, en sus causas y sus efectos, que urgentemente habrá de ser abordado desde sus perspectivas sindical, laboral, comercial y consumística, pues en todas ellas se trocea. En tanto, parece que las propuestas de cierre dominical van a prolongarse entre el sector de los expendedores, como algunos de sus portavoces declararon en la tarde de ayer.

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