Insisten en que en la manifestación de Santurce dispararon elementos de extrema derecha

Santurce vivió ayer una jornada de luto, en memoria de Begoña Menchaca, muerta de un disparo el pasado viernes, en el transcurso de una manifestación en favor de la amnistía. Numerosos bares y comercios cerraron en señal de duelo, mientras el paro en las fábricas era prácticamente total. En el transcurso de la jornada, la huelga se fue extendiendo por las poblaciones industriales de la margen izquierda del Nervión, hasta el punto de que fuentes sindicales informaban a primera hora de la tarde que el número de parados se elevaba a unos 30.000 en un conjunto de cuarenta y dos empresas.

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Santurce vivió ayer una jornada de luto, en memoria de Begoña Menchaca, muerta de un disparo el pasado viernes, en el transcurso de una manifestación en favor de la amnistía. Numerosos bares y comercios cerraron en señal de duelo, mientras el paro en las fábricas era prácticamente total. En el transcurso de la jornada, la huelga se fue extendiendo por las poblaciones industriales de la margen izquierda del Nervión, hasta el punto de que fuentes sindicales informaban a primera hora de la tarde que el número de parados se elevaba a unos 30.000 en un conjunto de cuarenta y dos empresas.

Dada la imposibilidad de contabilizar pequeños talleres y teniendo en cuenta que por la tarde se sumaron al paro varias grandes empresas de la zona de Basauri y de la margen derecha, no parece aventuarado suponer que el número total de trabajadores en huelga se elevara a unos 50.000, cifra que se ha manejado en algunos medios laborales.En muchas de estas empresas se celebraron asambleas en las que acordaron acudir a las doce del mediodía a la plaza del Ayuntamiento de Sestao, donde se concentraron más de 10.000 obreros. Después de guardar un minuto de silencio por la fallecida, intervinieron varios dirigentes de Comisiones Obreras, que pidieron responsabilidades por los hechos y la aplicación de la justicia con todo rigor.

Santurce había vivido también el domingo una jornada de elevada tensión, en la que se sucedieron las carreras y los intentos de manifestación a lo largo de toda la jornada. La inusitada presencia de fuerzas policiales impidió que la gente se con entrase, aunque, a primera hora de la tarde varios centenares de personas consiguieron manifestarse en el centro de la población, por espacio de unos pocos minutos.

Funeral multitudinario

Más de veinte mil personas abarrotaron completamente el parque de Santurce para asistir a la misa funeral, por Begoña Menchaca. Él acto religioso estaba programado para las ocho de la tarde, pero, al menos desde una hora antes, el pueblo se había concentrado en torno al quiosco existente en el centro de la plaza, a pesar de la intensa tomenta que cayó por espacio de unos minutos. Presidió el acto, una pancarta con la frase: El pueblo pide justicia, en cuyo centro se.había colgado una fotografía de Begoña Menchaca. Otras pancartas Pedían justicia popular y No más asesinatos. Una decena de corono de flores fueron colocadas en lo alto de las; columnas del quiosco.Antes de que diera comienzo el funeral, se informó a los asistentes que la fallecida hubo de ser enterrada por la mañana, según las normas que establece el reglamento de policía de sanidad mortuoria. El entierro, en el cementerio de esta localidad vizcaína había tenido lugar a las nueve y media de la mañana de ayer.

Sobre las ocho y veinte de la tarde dio comienzo la misa funeral, concelebrada por once sacerdotes santurzanos, presididos por el párroco de San Jorge, Ignacio Franco, que dio lectura a la homilía, redactada conjuntamente por el clero de Santurce. Detrás de los oficiantes el marido y los tres hijos de la fallecida.

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«Una vez más la muerte nos reúne junto al altar -dice la homilía en su primer párrafo- pero la muerte que hoy nos congrega tiene unas características especiales: no es la muerte que llega por unos caminos naturales queridos por Dios. La muerte de Normi nos causa un dolor tanto más profundo cuanto que es una de esas muertes que no debían haber sucedido».

Los sacerdotes de Santurce reflexionan sobre estos hechos y llegan, en primer lugar, a la conclusión de que se impone el reconocimiento de un legítimo pluralismo, sin el que no cabe la participación de cada ciudadano. Denuncian la existencia de grupos intransigentes que crean un entorno, que ahoga la libertad. «Lo triste es -añaden- que nos vemos obligados a denunciar, por una cadena de hechos ocurridos, el que algunos de estos grupos parece que están amparados y protegidos y que las autoridades siguen, con respecto a ellos criterios discriminatorios».

Conocer la verdad

Después de señalar que la conciencia reprocha toda violencia, concluyen que no cabe «admitir el empleo de unos medios, que si alguna vez hubieran de ser utilizados, no deben serlo contra una multitud de personas de toda edad y condición, como las que llenaban nuestras calles de Santurce el día de los acontecimientos. Una actuación violenta en estas condiciones constituye una verdadera profanación de ese derecho sagrado que todos tenemos a la vida».Después de pedir a las autoridades competentes una clarificación de los hechos, ya que consideran que la verdad no ha sido esclarecida hasta la fecha, añaden que estiman excesivo el despliegue de las fuerzas públicas, por lo que lamentan que el pueblo tenga que acontecimientos. La multitud subrayó con aplausos esta decisión. padecer un estado de tensión al que no es acreedor.

Los sacerdotes de Santurce terminan su homilía con un llamamiento a las autoridades y al pueblo. A las autoridades para que se llegue con urgencia a un estado de derecho que incluya las siguientes condiciones: Constitución aprobada por la mayoría del pueblo; respeto a una autoridad que ha de representar al pueblo y ser elegida por la mayoría; reconocimiento de unos derechos inalienables a la persona -libre expresión, asociación sindical y política, derecho de reunión, de manifestación- que no pueden depender de la voluntad de quien gobierna; control urgente y eficaz de gentes desaprensivas que impunemente manejan armas, con el consiguiente peligro de provocaciones y muerte, y una promulgación de amnistía solicitada con insistencia por el pueblo.

Por último los sacerdotes piden al pueblo que no renuncie a sus derechos, pero que actúe con cordura y sepa distinguir las circunstancias y momentos en que conviene exigirlos. «Si no sabemos distinguir el tiempo para lo serio y el tiempo para lo alegre, nuestras fiestas populares perderán su expresión de alegría a la que el pueblo tiene también su inalienable derecho. Finalmente, no podemos eludir una llamada a la reconciliación, no sólo porque somos cristianos y seguidores de uno que perdonó a quienes le mataron, sino porque la experiencia diaria nos ha enseñado que el espíritu de revancha, el odio, la sangre y la violencia, hacen de la sociedad una selva en la que los hombres despedazan como fieras y destruyen la vida». Después de dirigir unas palabras de consuelo a los familiares de la fallecida, el párroco de San Jorge anunció que todos los sacerdotes habían decidido suspender la procesión del Carmen.

Finalizada la misa y una vez retirados sacerdotes y familiares, los representantes de las cinco asociaciones de vecinos de Santurce dieron lectura a un comunicado conjunto en el que piden «que sean puestos al descubierto los autores de este asesinato», que se juzgue a los responsables de los grupos terroristas que actúan en la más absoluta impunidad, desde la extrema derecha.

Tras la lectura de este manifiesto la multitud se dirigió en manifestación hacia el cementerio, coreando sin cesar, con los dedos en alto, en señal de victoria las frases Vosotros fascistas, sois los Terroristas y El pueblo unido jamás será vencido. La presencia de un helicóptero de Tráfico, fue acogida con abucheos. Las fuerzas de orden público no llegaron a intervenir, aún cuando la manifestación pasó a escasos metros de donde se encontraban estacionados fuertes contingentes.

Aunque no se ha llegado a una clarificación efectiva de los hechos que determinaron la muerte de Begoña Menchaca y las heridas, por arma de fuego a otras dos personas, parece confirmarse que, además de la presencia de guardias civiles de paisano, tal y como confirmaba la nota oficial que dio a conocer la dirección general de Coordinación Informativa, existieron algunos elementos incontrolados, que hicieron uso de sus armas y a los que la opinión general adscribe a grupos de extrema derecha.

En algunos medios se habla de un individuo, vecino de Santurce, que ha desaparecido de su domicilio después del suceso y cuya ideología política se identifica con los citados grupos.

Los hijos de la víctima insisten en que los que ocasionaron la muerte de su madre fueron elementos de extrema derecha.

El Ayuntamiento de Santurce ha hecho pública una nota oficial en la que condena los sucesos del viernes, haciendo hincapié en el comportamiento de los manifestantes. La nota ha sido acogida con profunda indignación entre muy amplios sectores de la localidad.

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