USA: sin reacción oficial
La noticia de la dimisión del presidente del Gobierno español ha sido acogida con gran interés en los Estados Unidos, aunque hasta el momento no se haya producido ninguna reacción oficial.
La agencia United Press International (UPI) transmitió la noticia a la una y media de la tarde (siete treinta de la tarde, en España).
Desde la visita de los Reyes de España a Norteamérica, todo lo español es seguido con gran interés en los medios informativos estadounidenses. Interés que aumentó a raíz de la ratificación por el Senado del Tratado de Amistad y Cooperación entre Españ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La noticia de la dimisión del presidente del Gobierno español ha sido acogida con gran interés en los Estados Unidos, aunque hasta el momento no se haya producido ninguna reacción oficial.
La agencia United Press International (UPI) transmitió la noticia a la una y media de la tarde (siete treinta de la tarde, en España).
Desde la visita de los Reyes de España a Norteamérica, todo lo español es seguido con gran interés en los medios informativos estadounidenses. Interés que aumentó a raíz de la ratificación por el Senado del Tratado de Amistad y Cooperación entre España y USA, el pasado 21 de junio. La ratificación fue aprobada por 84 votos a favor y 11 en contra.
La impresión que los medios informativos tenían del presidente Arias era que suponía un freno a la reforma política deseada por el Rey. El pasado 4 de junio, el diario New York Times, en un editorial titulado «Un Rey para la democracia», escribía: «(el Rey) ha dejado bien clara su determinación de romper con la era de Franco y ha indicado su profunda insatisfacción por el lento ritmo de la reforina proyectada por el primer ministro Carlos Arias Navarro, un residuo de Franco, y ha convocado audazmente para consultas a los líderes de los partidos políticos que todavía están proscritos ...»
El mismo diario escribía el 9 de mayo: «El presidente Arias ha sido franquista desde joven y, si bien está convencido de la necesidad de algunos cambios, también le resulta muy difícil renunciar a su pasado.»