Trece muertos en el fin de semana en el Ulster

Trece muertos y 60 heridos es el balance de los últimos días de violencia en el Ulster. De los 13 que perdieron la vida, cinco eran policías. Las dos últimas muertes se produjeron en la mañana de ayer. Las víctimas fueron dos hermanos, ambos protestantes. Se supone que los disparos que les causaron la muerte fueron hechos por miembros del Ejército, Republicano Irlandés (IRA). Casi todos los incidentes de los pasados días han tenido lugar en el condado de Tyrone, cerca de la frontera con el Eire, una de las áreas del UIster donde se han producido más crímenes sectarios desde que se recrudeciero...

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Trece muertos y 60 heridos es el balance de los últimos días de violencia en el Ulster. De los 13 que perdieron la vida, cinco eran policías. Las dos últimas muertes se produjeron en la mañana de ayer. Las víctimas fueron dos hermanos, ambos protestantes. Se supone que los disparos que les causaron la muerte fueron hechos por miembros del Ejército, Republicano Irlandés (IRA). Casi todos los incidentes de los pasados días han tenido lugar en el condado de Tyrone, cerca de la frontera con el Eire, una de las áreas del UIster donde se han producido más crímenes sectarios desde que se recrudecieron los enfrentamientos entre católicos y protestantes.La dramática cuenta se inició el sábado, cuando cuatro policías murieron víctimas de dos atentados diferentes. Las represalias protestantes y las sucesivas respuestas del IRA dieron como resultado otro fin de semana sangriento en Irlanda del Norte.

Los atentados contra policías pueden considerarse como una nueva advertencia del IRA al Gobierno inglés. Durante los últimos meses, el ministro para el Ulster, Merlyn Rees, ha venido hablando de la posibilidad de concederle a la policía un papel más importante en el tratamiento del conflicto. De ese modo, la retirada del ejército -exigida por el IRA- podría efectuarse gradualmente y sin que el territorio quedara desguarnecido.

En cierto modo, lo que Rees ha tenido en mente es lo que ya se llama una ulsterización del problema. El IRA parece afirmar, especialmente con los atentados del sábado, que su propio concepto de la ulsterización será imposible de alcanzar hasta que se vayan todas las unidades de seguridad británicas que hoy operan en el territorio.

Sin embargo, no es la primera vez que la policía es el principal objetivo de los ataques del IRA, aunque últimamente haya sido el ejército la víctima de la violencia. Desde 1971 han muerto en el Ulster, como consecuencia de atenta dos o tiroteos, 80 policías ingleses.

Los civiles de las áreas rurales del Ulster, donde han tenido lugar los últimos incidentes, están verdaderamente atemorizados por lo que suponen va a ser una escalada sin fin de muertes y de enfrentamientos ciegos. Ayer, el UDA (réplica protestante del IRA) advirtió que tratará de vengar todas las muertes que se produzcan entre los miembros de las fuerzas de seguridad inglesas. La escalada que temen los campesinos irlandeses para las próximas fechas puede tener ahí otro dramático punto de apoyo.

La situación política del Ulster tampoco da ninguna clave para vislumbrar una solución más o menos pacífica de este conflicto «que ya dura más que la segunda guerra mundial». Ciertas facciones moderadas de los unionistas protestantes han fracasado en su intento de convencer a los extremistas para que lleguen a una fórmula de compromiso que permita a los católicos republicanos compartir el poder en el territorio.

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