Tribuna:

Ahora, serenidad

Había un antecedente, una amenaza de cierre con motivo del partido del Ipswich Town, pero había también antecedentes de buena conducta en la inmensa mayoría de los partidos disputados durante veinte años en competiciones europeas. Existían atenuan tes como el hecho de que el acto de agresión a Milller y Lynemayer fue producto de una acción absolutamente individual. Existían los antecedentes de la fundación de la Copa de Europa, con anterioridad a que la UEFA se apuntara al carro del éxito. Existen seis títulos y existe también el hecho de que Bernabéu es el único presidente español homologado ...

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Había un antecedente, una amenaza de cierre con motivo del partido del Ipswich Town, pero había también antecedentes de buena conducta en la inmensa mayoría de los partidos disputados durante veinte años en competiciones europeas. Existían atenuan tes como el hecho de que el acto de agresión a Milller y Lynemayer fue producto de una acción absolutamente individual. Existían los antecedentes de la fundación de la Copa de Europa, con anterioridad a que la UEFA se apuntara al carro del éxito. Existen seis títulos y existe también el hecho de que Bernabéu es el único presidente español homologado por Europa, como se dice ahora De nada han servido el prestigio, la tradicional influencia y los informes favorables que espontáneamente han llegado al Comité de Disciplina de la UEFA. El Madrid ha quedadó a ojos de Europa en la misma situación que otros clubs de infausta memoria. Fiar ahora en el recurso es vana esperanza. Ya se vio de qué sirvió al Atlético tras aquel desgraciado encuentro de Glasgow. Es el momento apropiado para estar junto al qué ha sancionado con rigurosidad un reglamento, cuya aplicación, resulta discriminatoria dado que no está fundado en hechos directos. Pero es bueno también el momento para pedir a los exaltador -sin excepción alguna y entre los directivos los hay- que templen más sus ánimos. Al Madrid se le ha causado un daño tan grande como inmerecido. Quienes provocaron la prohibición de la venta de cascos en los campos de fútbol no le hicieron ningún favor al deporte en general quienes tienen siempre a mano, en cualquier, parte, el recurso de la almohadilla, perjudican siempre a sus clubs. Los insensatos que lanzan objetos contundentes a los linieres deben ser avergonzados por sus vecinos de localidad.

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Y a los demagogos, hay que pedirles moderación.

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