Programa económico- social de Centre Catalá
Una política de autonomía constitucional y un respeto a la iniciativa privada, compensada por un sector público destinado a satisfacer las necesidades colectivas y corregir los mecanismos de mercado, son los puntos básicos de un programa económico dado a conocer a través de Jordi Planesdemunt, del Centre Catalá, bautizado como la «derecha civilizada y giscardiana catalana», en el curso de una conferencia sobre Terceras Vías Económicas.
El Centre Catalá, que propugna una España federal, pero en tanto las circunstancias políticas y el ritmo no faciliten unas formas federales de organi...
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Una política de autonomía constitucional y un respeto a la iniciativa privada, compensada por un sector público destinado a satisfacer las necesidades colectivas y corregir los mecanismos de mercado, son los puntos básicos de un programa económico dado a conocer a través de Jordi Planesdemunt, del Centre Catalá, bautizado como la «derecha civilizada y giscardiana catalana», en el curso de una conferencia sobre Terceras Vías Económicas.
El Centre Catalá, que propugna una España federal, pero en tanto las circunstancias políticas y el ritmo no faciliten unas formas federales de organización de la convivencia se propugna un régimen de autonomía constitucionalmente garantizado hace públicos los principios de un programa socio-económico concreto en los siguientes puntos:
Fomentar el progreso económico para mejorar el nivel de vida; la justa redistribución del poder, del dinero y de la cultura; el respeto a la iniciativa privada como forma de fomentar la inversión; la existencia de un sector público aplicado a las necesidades colectivas y que sirva de control; órganos de poder que puedan velar por un correcto uso de la propiedad privada y pública, y la adecuación del marco legal, mercantil, laboral, etc., a los modelos europeos que facilite la integración a Europa como un estado federal.
Todo ello, según Centre Catalá, exigirá un sistema fiscal eficaz y progresivo, resaltando que un proyecto de programa socio-ecónómico no tiene sentido si no se da en un contexto de coherencia política.