Alcaraz, en busca del trofeo que se les escapó a Ferrero y Nadal

El español supera a un inspirado Hurkacz (6-4, 6-7(5) y 6-3) y disputará ante De Miñaur su primera final bajo techo, a la caza de un título esquivo en 2004 y 2009

Alcaraz golpea la pelota durante el partido contra Hurkacz, este sábado en Róterdam.Piroschka Van De Wouw (REUTERS)

El sábado noche registra un rugido feroz, el de Carlos Alcaraz, clasificado ya para la final del torneo de Róterdam, la primera que disputará el murciano bajo techo y primera también en este 2025. Son ya 22 en la élite. Para ello ha tenido que resolver un retorcido pulso con el polaco Hubert Hurkacz, inclinado después de casi dos horas y media de toma y daca (6-4, 6-7(5) y 6-3), y giros más bien extraños. Parecía que se le escapaba al español el primer parcial, 4-1 y 0-40 por debajo y casi todo el rato a remolque; parecía que tenía el segundo bien encarrilado y, por ende, la victoria en el bolsillo con ese 5-4 a su favor y doble saque en el tie-break, pero una doble falta le encasquilla; y finalmente, el peso de la lógica acaba imponiéndose en el set definitivo, por lo que el joven de 21 años tiene este domingo (15.30, Movistar+) una cita con el australiano Alex de Miñaur para conseguir lo que previamente se le negó a su preparador, Juan Carlos Ferrero, y a Rafael Nadal; en 2004 cedió el primero, ante Lleyton Hewitt, y en 2009 el segundo, frente a Andy Murray.

Tiene Alcaraz una capacidad extraordinaria para multiplicarse y llegar a todos lados, y da fe de ello Hurkacz, otro de esos jugadores que apuntaban a llegar más alto de lo que refleja su hoja de servicios. A sus 27 años y como 21º del mundo, con un par de Masters 1000 en la ficha pero sin haberse codeado nunca con los más fuertes, al polaco se le recordará siempre por ese 6-0 que le endosó a Roger Federer en Wimbledon, pero en realidad nunca ha terminado de sacar los colmillos y de poco le sirve esta vez ese arranque en el que roza la perfección, o esa reacción posterior que le ha permitido seguir con vida en el partido. Al final, el resistir, la impetuosidad y la determinación del joven de El Palmar en la pegada le guían hacia el episodio definitivo del torneo, en el que se encontrará con un rival, De Miñaur, al que derrotó las dos veces que se enfrentaron previamente; una en tierra (Godó 2022) y otra en hierba (Queen’s 2023). El oceánico ha puesto antes fin a la sorprendente incursión de Mattia Bellucci esta semana (6-1 y 6-2).

De esta forma, rompe Alcaraz otra frontera en un territorio, el indoor, realmente complejo de descifrar. Tres veces se había quedado en las semifinales (Viena, Basilea y la Copa de Maestros). Todo transcurre a una velocidad de vértigo y de ahí el mérito que tiene remontar un primer set muy adverso, frente a un sacador contrastado, y saber ir esquivando sobre la marcha los cepos que va proponiéndole un pulso mucho más exigente que los afrontados en las estaciones previas contra Andrea Vavassori y Pedro Martínez. En esta ocasión, el murciano vuelve a toparse con un trayecto lleno de curvas, al igual que el día del estreno frente a Botic vande Zandschulp, pero demuestra otra vez sus virtudes. Termina descerrajando 39 tiros ganadores y defendiendo un 80% de los puntos jugados bajos sus primeros servicios, pese a la dificultad de los primeros compases. Prevalece, sin embargo, la consistencia mental exhibida para reponerse a la concesión en el desempate —la doble falta que reanima al adversario— y el firme acelerón que ha dado en la última recta del encuentro.

“Él ha empezado muy fuerte, a un nivel increíble”, constata, “pero he peleado, me he repuesto y he sabido esperar a que llegara mi momento”. Le ha costado siete juegos entrar en el partido. Sin embargo, a la que el polaco ha perdido un hilo de inspiración y él ha dado por fin con una vía al resto y ha logrado enderezar el primer servicio, errático hasta ese instante, el panorama se ha transformado y lo que parecía ir en una dirección ha adquirido el sentido opuesto. El murciano, todo piernas, cilindros y más cilindros, dice que todavía no se ha recuperado del todo del resfriado que arrastra y que lucirá en el desenlace de este domingo la tira adhesiva que emplea para ensanchar los orificios de la nariz. “Me ayuda a respirar, pero sí que lo uso a modo de superstición. Si empecé la semana con ella, la termino con ella”, apunta antes del cruce con De Miñaur. El australiano llegará fuerte. No ha cedido un solo set a lo largo del recorrido y tratará de resarcirse de la derrota de hace un año contra Jannik Sinner, situado ya como el sexto mejor jugador del presente; supera a Novak Djokovic e iguala así su mejor ranking.

MUNAR VUELVE A CHOCAR CON RUUD

A. C.

A 7.900 kilómetros de distancia, en Dallas, Jaume Munar no pudo seguir los pasos de Alcaraz. Como sucediera en la primera ronda de Australia, el mallorquín, de 27 años y virtualmente 53º del mundo, volvió a toparse con el noruego Casper Ruud, quien terminó imponiéndose en un pulso decidido al desempate: 6-2, 2-6 y 7-6(4), tras 2h 29m.

En enero, el nórdico le cerró el paso en Melbourne tras un duro duelo a cinco sets, y esta vez le frustró en la penúltima ronda del torneo estadounidense —al igual que Róterdam, un ATP de categoría 500, la tercera en importancia—. Llegó a servir para ganar, pero no acertó y lo pagó. Munar ya había firmado las semifinales en la cita de Hong Kong.

Ruud, de 26 años y quinto del mundo, buscará el decimotercer trofeo de su carrera; el último lo consiguió en Ginebra, en mayo. Se enfrentará a Denis Shapovalov (7-5 y 6-3 a Tommy Paul). Por otra parte, Belinda Bencic se proclamó campeona en Abu Dabi al remontar a Ashlyn Krueger (4-6, 6-1 y 6-1).

Sobre la firma

Más información

Archivado En