De los reyes a las reinas: más tenis y más millones en Arabia Saudí

Tras la reciente exhibición masculina, Riad acoge la Copa de Maestras femenina, dirigida por Muguruza y dispensadora de otra bolsa de premios astronómica

Dos mujeres saudíes observan un partido de la modalidad de dobles en Riad.Aleksandra Szmigiel (REUTERS)

Siguen lloviendo millones en el desierto árabe y bajo ese incesante aguacero de billetes continúa peloteando y poniendo el cazo el tenis, que, al igual que otros deportes como el fútbol, la Fórmula 1 o el golf, se ha subido al carro ya sin disimulos. La inquietud o la desafección manifestadas con tibieza por algunas de las referencias del circuito hace unos meses han desaparecido y estos días se propaga una imagen y un mensaje bien diferentes en Riad, por do...

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Siguen lloviendo millones en el desierto árabe y bajo ese incesante aguacero de billetes continúa peloteando y poniendo el cazo el tenis, que, al igual que otros deportes como el fútbol, la Fórmula 1 o el golf, se ha subido al carro ya sin disimulos. La inquietud o la desafección manifestadas con tibieza por algunas de las referencias del circuito hace unos meses han desaparecido y estos días se propaga una imagen y un mensaje bien diferentes en Riad, por donde desfilaron recientemente los seis reyes que, por disputar un bolo de tres días —Six Kings Slam, en términos comerciales—, ingresaron 1,3 millones de euros por cabeza y 5,5 en el caso del campeón, Jannik Sinner. Ahora, estas WTA Finals que buscaban acomodo desde hace años parecen haber caído en un lugar más feliz y repartirán nada más y nada menos que 14 millones entre las competidoras.

En contraste con las 106 futbolistas de 24 países diferentes que la semana enviaron un escrito conjunto a la FIFA para denunciar a un régimen que “oprime sistemáticamente” a las mujeres y la comunidad LGTBIQ+, el tenis femenino ha optado por acceder directamente al escaparate saudí, que gana volumen. “Si digo que fui por diversión y sin pensar en el dinero, mentiría”, admitía en París-Bercy el murciano Carlos Alcaraz. “Yo no juego por dinero. Es importante, por supuesto, pero no tanto…”, expresaba el número uno mundial, Sinner. Y tampoco parece encontrar razones para el rechazo la nueva líder de la WTA, Aryna Sabalenka, que en diciembre del año pasado ya participó en una exhibición bañada en dólares: “No tengo ningún problema en jugar aquí, es importante llevar el tenis a todos los lugares posibles del planeta e inspirar a los jóvenes”.

Se desconoce si el efecto deportivo será más o menos inspirador a corto o medio plazo, pero de momento la cita más importante del curso después de los cuatro grandes —Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open— ha escogido el Golfo Pérsico como marco de reunión para las ocho mejores jugadoras; en concreto, Arabia Saudí, donde las mujeres continúan siendo objeto de “discriminación” y “persecución”, según precisan los informes especializados. Más allá de las voces críticas de las legendarias Martina Navratilova y Chris Evert, o las reticencias que transmitió en su día la polaca Swiatek, no se advierte ningún discurso crítico estos días en Riad, donde la española Garbiñe Muguruza ejerce como directora del torneo. Retirada desde mayo, la extenista afirma: “Yo solo he escuchado cosas positivas y aquí estamos. Es un país nuevo para nosotros, un nuevo mercado que nos está dando una gran bienvenida”. Y en esa misma línea se expresan algunas de las figuras que participan en el Masters.

Muguruza y Jabeur flanquean a la presidenta de la federación árabe.Aleksandra Szmigiel (REUTERS)

“Soy plenamente consciente de la situación que hay aquí. Creo que el deporte puede abrir puertas y, si quieres que haya un cambio, debes hacer algo. El deporte es la manera más sencilla de introducir ese cambio”, apunta Coco Gauff, reconocida por su compromiso social. “Te mentiría si te dijera que no tuve dudas. Una de las cosas que les dije es que si veníamos aquí no iba a ser solo para jugar el torneo y marcharnos: queríamos ver un plan en marcha. Un plan real. Hemos hablado con muchas mujeres saudíes, entre ellas la princesa Reema [bin Bandar Al Saud]. Me preocupaba ver cómo podíamos ayudar. También soy consciente de que no vamos a llegar aquí y cambiarlo todo”, prolonga la estadounidense, de 20 años, que agrega: “Quería ver si me sentía incómoda, porque si hubiese sido así, seguramente no volvería. Después de una semana aquí, siento que están progresando y yendo hacia delante”.

Un 70% más que en 2023

Su compatriota Jessica Pegula también alude al efecto transformador que potencialmente puede llegar a tener el deporte. “Hemos hablado mucho sobre esto con la WTA [rectora del circuito femenino] y todo va bien. Hemos hecho varios eventos con jóvenes del país y varias mujeres se acercaron para agradecerme que juguemos aquí. El tenis está creciendo mucho, tengo entendido que hay 60.000 niñas practicando tenis en todo el país. Ha sido la decisión correcta venir aquí porque siento que podemos cambiar las vidas de muchas chicas jóvenes”, indica la finalista del US Open, descendiente de una familia que amasa una fortuna cifrada en unos 6.500 millones de euros. Y comparte la idea Sabalenka: “Arabia Saudí está haciendo un gran esfuerzo por fomentar el tenis femenino y mejorar la vida de las mujeres. Estoy muy feliz de formar parte de algo que puede ser histórico”.

No parece casual la designación de una mujer, Arij Almutabagani, como presidenta de la federación nacional de tenis del país, ni tampoco la adhesión al proyecto de Muguruza. Después de lograr cromos como los de Cristiano Ronaldo, Messi, Fernando Alonso o Rafael Nadal —embajador del tenis saudí desde enero—, la española representa otro rostro luminoso para reforzar la estrategia diseñada por Arabia Saudí en los últimos años, bajo el proyecto denominado Visión 2030; esto es, mejorar su imagen por medio de la plataforma del deporte. A esta maniobra se añade otra de relieve anunciada en febrero, cuando se confirmó la alianza entre el circuito masculino (ATP) y el Fondo de Inversión Pública (PIF) del país asiático en una “asociación estratégica de varios años”, sin precisarse cifra económica alguna. Tampoco trascendió ninguna cuando se oficializó el nexo con Nadal. Sí en el caso del golfista Jon Rahm: más de 500 millones de euros.

Paolini, Neymar y Rybakina posan antes de un partido.STRINGER (EFE)

Luce con fuerza el logo del PIF por las pistas de todo el mundo y, entre acuerdo y acuerdo, entre millones y más montañas de millones, las tenistas debatirán los próximos días por coronarse en Riad. Desde el plano deportivo, el torneo ofrece el atractivo pulso entre Sabalenka y Swiatek, las indiscutibles dominadoras de los últimos tiempos. La bielorrusa (26 años) desbancó recientemente a la polaca (23) como número uno e intentará suceder en el listado a la de Varsovia, vencedora hace un año en Cancún. Allí, entonces, se denunció una organización caótica reflejada en una pista improvisada, gradas vacías y juego deslucido por la lluvia y el viento. No sucederá esta vez. En esta ocasión, máximo confort y oro por doquier en el lujoso escenario saudí, donde empezaron con buen pie Sabalenka (6-3 y 6-3 a Qinwen Zheng) y Jasmine Paolini (7-6(5) y 6-4 a Elena Rybakina).

A los 300.000 euros que perciben solo por participar, las dos primeras ganadoras añadieron 365.000 más por sus respectivos triunfos, y en el caso de que alguna de las tenistas alce el título el próximo sábado sin haber perdido ningún partido, se embolsaría casi 4,5 millones de euros. Descubierto el filón de la raqueta, Riad exhibe su chequera y la bolsa de premios engorda de manera más que considerable. Teniendo en cuenta las cifras de la pasada edición, el crecimiento es del 69.44%: de 8,2 millones a los 14 de ahora. En Turín, donde se alberga la Copa de Maestros masculina desde 2021, hasta el año próximo, el aumento respecto al reparto correspondiente a 2023 es de 230.000 euros.

BERCY VIBRA CON EL FINALISTA HUMBERT

A. C.

Han caído uno tras otro los aspirantes a arrebatarle a Novak Djokovic su plaza en la Copa de Maestros de Turín, que comenzará el próximo domingo (día 10) en el Pala Alpitour: Casper Ruud, Alex de Miñaur, Andrey Rublev, Grigor Dimitrov, Stefanos Tsitsipas, Tommy Paul y Holger Rune. 

La próxima semana se decidirá en Metz, pues, quiénes completan el cupo de las ocho plazas, a la espera también de conocerse si el serbio, ausente esta semana en París-Bercy por voluntad propia, opta por competir o no en el caso de que finalmente obtenga una plaza. A tenor de su última estampa, descansando felizmente en las Maldivas, todo invita a pensar en que, logre acceder o no, su curso ya ha finalizado.

Se han clasificado para la cita maestra Jannik Sinner, Carlos Alcaraz, Alexander Zverev, Daniil Medvedev y Taylor Fritz, y en Metz coincidirán Rublev, Ruud y Dimitrov en un intento porque les cuadren las cuentas para lograr una de las plazas restantes.

Entretanto, este sábado se perfiló la final de Bercy, con protagonismo local. Ugo Humbert, verdugo de Alcaraz, remontó a Karen Khachanov (6-7(6), 6-4 y 6-3) y tratará de unirse en el palmarés a sus compatriotas Guy Forget (1991), Sébastien Grosjean (2001) y Jo-Wilfred Tsonga (2008). Enfrente estará Zverev, superior a Rune (6-3 y 7-6(4) y ahora número dos del mundo, en detrimento del murciano.

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