Por si había alguna duda, Swiatek

Tras la conquista de Madrid, la polaca se hace también con Roma (6-2 y 6-3 a Sabalenka) y a sus 22 años se convierte en la más joven en conquistar 10 ‘miles’

Swiatek celebra el triunfo contra Sabalenka en el Foro Itálico.Mike Hewitt (Getty Images)

Por si había alguna duda, ahí está Iga Swiatek, festejando y dando brincos sin parar, con energía de sobra para seguir jugando hasta mañana, si hiciera falta. Pero no. Ahora, a una semana del pistoletazo de salida en Roland Garros, el principal cometido de la polaca no es otro que cuidar con mimo su físico, porque el trabajo está hecho y la base más que consolidada. Es decir, si de antemano ya era la gran favorita, hoy por hoy todavía lo es un poco más. Llegará la número uno a París desprendiendo la sensación de que algo muy raro debería suceder allí para que no atrapara el éxito, sin dejar de lado las trampas que todo grande oculta, por supuesto, pero más imponente e intimidatoria si cabe. Batió hace dos semanas a Aryna Sabalenka en la Caja Mágica y vuelve a hacerlo en el Foro Itálico, testigo de una final de una sola dirección: 6-2 y 6-3 (en 1h 29m).

La bielorrusa, dos del mundo, suspira y tuerce el gesto una y otra vez: no hay manera, qué martirio, imposible hacerle cosquillas. Enfrente, pura escuela de granito, una tenista que va adquiriendo relieve y que mucho debería desviarse para no acabar marcando una época, porque ya ha cogido esa senda. Swiatek, 22 años, todo vigor y todo consistencia, emerge con todo su esplendor a las puertas del desembarco en París, donde aterrizará como la indiscutible jugadora a batir. Son cuatro títulos este curso —Doha, Indian Wells, Madrid y Roma—, 21 ya en sus vitrinas, cuatro de ellos grandes, tres en Roland Garros, otros tantos en Roma. Si el territorio masculino insinúa una edición de lo más abierta, cero certezas, el femenino propone un ejercicio colectivo de demolición: todas contra Iga, así de simple. Está ella, y a varios cuerpos de distancia las demás. Certifica este último episodio.

Sabalenka pega y pega hasta la desesperación, pero una y otra vez choca la cruda realidad impuesta por Swiatek. La de Varsovia se transforma en una negación y no admite debate: desbarata las siete opciones de rotura de las que dispone su rival y sentencia por medio de la fría realidad de los números; ocho errores comete ella, por los 28 de la bielorrusa, con la que ha empezado a edificar una atractiva rivalidad. Son 11 capítulos desde noviembre de 2021, ahora 8-3 favorable a la campeona, convertida ya en la tenista más joven en conquistar diez trofeos de categoría 1000, desde la introducción del formato en 2009. Dominaban Serena Williams —lo consiguió con 32 años— y Victoria Azarenka —con 31—. Al mismo tiempo, Swiatek es la tercera que logra enlazar Madrid y Roma, tras Dinara Safina (2009) y Serena (2013).

La incógnita, pues, consiste en comprobar hasta donde llegará su indisoluble ejercer y ese apabullante tenis-control, y si existe alguna adversaria que pueda plantearle problemas reales en el Bois de Boulogne. No parece sencillo. En Madrid, la altura favoreció la propuesta a tumba abierta de Sabalenka, quien dispuso de tres pelotas para llevarse el título, pero en el Foro Itálico, más similar al registro parisino, el duelo transcurre de inicio a fin en línea recta, como a ella le gusta. La tierra batida es cosa de cabeza, fuerza y piernas, y la polaca lo reúne todo: no pestañea, es capaz de devolver la pelota desde posiciones muy forzadas y en defensa, con la ralentización de la bola, es prácticamente inabordable. Así marca territorio, mientras la profecía de la australiana Ashleigh Barty a su marcha, en 2022, sigue cumpliéndose: “No hay ninguna mejor para ser la próxima número uno”. Y se aplica ella, 103 semana ya en lo más alto.

Con cuatro majors en el expediente, los mismos que Arantxa Sánchez Vicario, Kim Clijsters y Naomi Osaka, apunta ahora los cinco de Maria Sharapova y Martina Hingis. “Gracias por hacerme mejorar”, se dirige a Sabalenka, que lamenta, rumia —tantos trofeos (14) como finales perdidas (13)— y se levanta para combatir de nuevo en la jaula de París. Allí le aguardará impaciente Swiatek. Por si había alguna duda.

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