Los marroquíes nacen donde les da la gana

¿Cuántos casos de jugadores con dos nacionalidades tendrá México repartidos por el mundo?

Romain Saiss celebra con Hakim Ziyech tras vencer a España. Foto: DYLAN MARTÍNEZ (REUTERS) | Vídeo: EPV

En este ejercicio de búsqueda de una fórmula que acelere la transformación mexicana en la selección ganadora que sueña llegar a ser, nos detendremos hoy en la gran sorpresa del Mundial de Qatar: Marruecos.

Probablemente lo sepas, pero de los 26 convocados a la Copa, los verdugos del tiki-taka español solo cuentan con 12 futbolistas nacidos en su territorio. Marruecos disputa el torneo con 14 futbolistas no nacidos en su país. Yassine Bounou (el arquero del Sevilla, que sorprendió al mundo en la serie de penaltis), Munir Mohamedi, Romain Saïss, Achraf Hakimi, Noussair Mazraoui, So...

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En este ejercicio de búsqueda de una fórmula que acelere la transformación mexicana en la selección ganadora que sueña llegar a ser, nos detendremos hoy en la gran sorpresa del Mundial de Qatar: Marruecos.

Probablemente lo sepas, pero de los 26 convocados a la Copa, los verdugos del tiki-taka español solo cuentan con 12 futbolistas nacidos en su territorio. Marruecos disputa el torneo con 14 futbolistas no nacidos en su país. Yassine Bounou (el arquero del Sevilla, que sorprendió al mundo en la serie de penaltis), Munir Mohamedi, Romain Saïss, Achraf Hakimi, Noussair Mazraoui, Sofyan Amrabat, Selim Amallah, Amine Harit, Ilias Chair, Bilal El Khannous, Hakim Ziyech, Sofiane Boufal, Zakaria Aboukhlal y Walid Cheddira, son los 14 “repatriados”, pero leales seleccionados que sienten la bandera, los colores y la fe.

Un ejemplo es Achraf Hakimi, quien recientemente explicó el porqué tomó la decisión de jugar para los Leones del Atlas: “Probé con la selección española, pero vi que no era mi sitio, no me sentía como en casa. No era por nada en especial, sino por lo que yo sentía, porque no era lo que había mamado y vivido en casa, que es la cultura árabe, ser marroquí. Yo quería estar en la selección marroquí”.

Otro caso idéntico es el de Hakim Ziyech, quien en 2015 decidió rechazar la llamada de la Naranja Mecánica, cuando comenzaba a destacar con el Twente neerlandés. En ese momento, Marco van Basten calificó de “estúpida” su decisión.

Y entonces aquí la pregunta, ¿cuántos casos similares tendrá México repartidos por el mundo? Y lo digo porque cuando fueron llamados Guille Franco, Gabriel Caballero, Sinha o Rogelio Funes Mori, por nombrar algunos de los últimos naturalizados convocados a Copas del Mundo por el Tri, jamás fueron del todo aceptados por los aficionados.

Pero, cuando se habla de mexicoamericanos, como Alex Zendejas, del América, o incluso de Marcelo Flores, nacido en Canadá -que habla muy poco español, con ascendencia inglesa, pero de padre mexicano-, la percepción cambia radicalmente. Además, como pasa con casi todas las selecciones top-20, a México también le vendría de lujo abrirse al mundo, a la diversidad en biotipos, mentalidad y costumbres. Y qué mejor, como en el caso de los marroquíes, por gusto y no por dinero.

Benjamín Galdames, mexicano de nacimiento, pero que desde niño vive en Chile junto a su padre, el exjugador de Cruz Azul Pablo Galdames, es otro de los jóvenes futbolistas que han sido probados ya con el seleccionado mexicano para tenerlos en cartera. Mismo caso de Julián Araujo y Efraín Álvarez, nacidos en Estados Unidos, ambos jugadores del LA Galaxy, que se han sumado a la lista de los futbolistas a los que Gerardo Martino se vio obligado a convocar alguna vez, presionado por la FMF.

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