EE UU, un refugio para el raro Sergiño Dest
El ex del Barcelona se enfrenta por un lugar en cuartos a Países Bajos, donde nació, tras escoger la selección de su padre
Sergiño Dest (Almere, Países Bajos; 22 años) defiende la tarde de este sábado a EE UU contra el país donde nació después dar calabazas a Ronald Koeman (16.00, Movistar). El técnico lo llamó en octubre de 2019 para tratar de persuadirlo de que se uniera a su selección Oranje. Dest estaba recién llegado al primer equipo del Ajax desde la cantera y su progresión resultaba fulgurante. Pero le dijo que no. Los estadounidenses lo habían visto antes. El lateral derecho tiene doble nacionalidad por su padre surinamés-estadounidense, y cuando recibió la llamada de Koeman ya llevaba años en las s...
Sergiño Dest (Almere, Países Bajos; 22 años) defiende la tarde de este sábado a EE UU contra el país donde nació después dar calabazas a Ronald Koeman (16.00, Movistar). El técnico lo llamó en octubre de 2019 para tratar de persuadirlo de que se uniera a su selección Oranje. Dest estaba recién llegado al primer equipo del Ajax desde la cantera y su progresión resultaba fulgurante. Pero le dijo que no. Los estadounidenses lo habían visto antes. El lateral derecho tiene doble nacionalidad por su padre surinamés-estadounidense, y cuando recibió la llamada de Koeman ya llevaba años en las selecciones inferiores de EE UU. Al final de esa temporada, el Barça pagó 26 millones de euros por él al Ajax y llegó al Camp Nou a petición, precisamente, de Koeman.
Sus dos años en Barcelona, nada sencillos, terminaron con una cesión al Milan. Pero pasara lo que pasara, Dest siempre tenía el refugio de la selección, como contó a ESPN poco después de escogerlos: “Me ayudaron en los momentos duros y si no me hubieran dado una oportunidad, quizá no estaría en el Ajax”.
Así ha sido también después. La creación de un ambiente casi familiar ha sido parte esencial del cortejo del seleccionador, Gregg Berhalter, que recordó el jueves cómo había seducido a Sergiño: “Hablé con él del papel que podía tener, del plan del grupo para estos ocho años. Le presenté a los jugadores, le enseñé el ambiente. Vio lo bien que recibe este grupo a la gente, que te dan ganas de hacerte amigo de ellos, y eso es lo que lo hizo terminar de decidirse”.
El capitán estadounidense, Tyler Adamas, recordó el viernes los primeros días de Dest con ellos: “Cuando llegó al equipo nadie hablaba demasiado con él, porque era muy callado, pero es todo un personaje, y cuando está cómodo es un tipo increíble, muy divertido, que ha traído mucha energía. Y está muy relajado en todas las situaciones, bromeando incluso antes de los partidos”.
Un barbero y un barista
Los estadounidenses han sabido acomodar el carácter especial de Dest, inquieto por ejemplo con el contacto con la prensa. Después del partido contra Inglaterra lo sacaron por la zona mixta, un pasillo flanqueado por periodistas que esperan para hablar con los jugadores, y se le escuchó decir: “Odio esto”. Un par de días más tarde, en el campamento de su selección, sufrió un instante de bloqueo bajo las preguntas de una rueda de prensa, como si se encontrara en un interrogatorio judicial. Su compañero McKennie se inclinó hacia él, le susurró algo al oído y Dest se destrabó.
Berhalter ha promovido en la selección un estándar de gran exigencia, pero en un entorno más o menos colaborativo. Hasta que empezó el Mundial, no tenían un capitán, sino un “consejo de liderazgo” integrado por media docena de futbolistas —entre ellos, Pulisic, Adams y McKennie— que funcionaba como enlace entre el cuerpo técnico y la plantilla. Berhalter decidió, por ejemplo, cambiar los horarios de los entrenamientos después de que el consejo le trasladara la preferencia de los jugadores. También han elegido un barbero, que los acompaña en Qatar, y un barista que les prepara los cafés en las concentraciones, pero que no ha podido venir. Quien sí está con ellos es su habitual chef italiano, al que conocieron en El Salvador.
En ese entorno mullido, Dest ha encontrado también un notable nivel futbolístico, que elogió el viernes Louis Van Gaal, el seleccionador holandés: “Después del primer partido, esperaba que pasaran, porque antes no los había visto”, confesó. “Tiene un equipo excelente, diría que uno de los mejores”.
El ideólogo de eso, Berhalter, ha bebido de las mismas fuentes que su rival de hoy. El seleccionador estadounidense jugó a finales de los noventa dos años en el Sparta de Rotterdam: “Fui allí justo después de la universidad, y no estaba preparado para el fútbol profesional. Si no hubiera estado allí, no tendría el bagaje suficiente para mi trabajo de ahora”, contó. “Los espacios, el juego posicional, los triángulos, todos esos detalles del juego”.
Para Sergiño Dest, formado con ese manual en la cantera del Ajax, EE UU también en eso es como volver a casa.
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