El día que Argentina “incentivó” a Polonia con 25.000 dólares “perdidos”

Este miércoles, Argentina necesita vencer a Polonia para pasar a octavos de final sin depender de otros resultados. El tiempo dirá si los polacos se convierten en verdugos de los argentinos en Qatar 2022. La historia, sin embargo, los tuvo alguna vez como aliados. Es una historia con claroscuros, negada mil veces. En Alemania 74, Polonia e Italia clasificaban con un empate que dejaba afuera a Argentina. Pero el partido terminó con un triunfo de los polacos, el único resultado...

Este miércoles, Argentina necesita vencer a Polonia para pasar a octavos de final sin depender de otros resultados. El tiempo dirá si los polacos se convierten en verdugos de los argentinos en Qatar 2022. La historia, sin embargo, los tuvo alguna vez como aliados. Es una historia con claroscuros, negada mil veces. En Alemania 74, Polonia e Italia clasificaban con un empate que dejaba afuera a Argentina. Pero el partido terminó con un triunfo de los polacos, el único resultado que salvaba a los sudamericanos. Polonia jugó con todos sus titulares, a matar o morir. Circuló entonces que Argentina había “incentivado” a los polacos con 25.000 dólares, una historia que luego confirmaron algunos de sus protagonistas. Nunca quedó claro si ese dinero llegó a todo el equipo o solo a uno de ellos, que se quedó con el producto del arreglo.

En Alemania 74, Argentina debutó con una derrota 2-3 ante los polacos. Empató luego 1-1 con Italia. Para pasar de ronda debía vencer a Haití y que Italia perdiese contra Polonia, que ya estaba clasificada. Ahí nació la idea de la incentivación. El periodista argentino Héctor Vega Onesime, enviado de la revista El Gráfico, lo contó en su libro Memorias de un periodista deportivo. Vega Onesime fua una rueda de prensa del entrenador polaco, Kazimierz Gorski, y se trajo el compromiso de que saldrían “a ganar”. Pero no le fue tan bien con Robert Gadocha, delantero y figura de la selección: “Me acerqué a saludarlo sin saber que estaba dando comienzo a una de las historias más controversiales del fútbol argentino. ‘¿Cómo van a jugar?’, le pregunté, pero la réplica fue muy distinta: ‘Eso depende de los argentinos’, deslizó intencionadamente”.

La propuesta, velada, estaba sobre la mesa. El periodista argentino llamó a los jugadores de su país y les transmitió el mensaje. “Hubo una oferta y un acuerdo. Gadocha y Héctor Rial [integrante del cuerpo técnico de la Albiceleste] quedaron a cargo de la transacción. Polonia cumplió con lo prometido frente a Italia y Argentina se clasificó tras golear a Haití. Jamás supe los alcances y la intimidad de aquella negociación ni el destino de la plata”, escribió Vega Onesime en su libro, publicado en 2003.

Develar el resto de la historia fue responsabilidad de un jugador de aquel seleccionado argentino, Enrique Wolff, reconvertido con los años en un reconocido periodistas deportivo. En el libro Así jugamos, escrito por Diego Boronsky, dijo que habían logrado juntar 25.000 dólares entre todo el plantel. “Los polacos se vinieron a ofrecer y nosotros dijimos ‘y bueno’, porque si no iban a jugar con suplentes y qué se yo. Cada uno de los jugadores pagamos 1.000 dólares. Lo más gracioso fue que había muchachos que no tenían dinero para pagar lo que le querían dar a Polonia y lo puso la AFA y después lo descontó de los premios”, reveló Wolff. Polonia venció finalmente 2-1 a Italia, que quedó afuera, y como Argentina goleó 4-1 a los haitianos clasificó.

La historia tiene una segunda parte. ¿Qué pasó con los 25.000 dólares? Un delantero polaco, Grzegorz Lato, contó años después al argentino Rubén Ayala, con quien compartió equipo en México, que jamás se enteró de la existencia de aquel dinero. El defensor Wladyslaw Zmuda ratificó en su biografía Y tú serás futbolista la versión de Lato y apuntó directamente contra Gadocha. “No nos llegó un centavo. Hablé con Gadocha, que ahora vive en Estados Unidos. Ni contestó ni llamó. Ni entonces, ni después de saber todo esto”. Los herederos de aquellos jugadores se verán las caras otra vez en un campo de juego casi 50 años después.

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