España reta a la historia en su tercer Mundial
La selección, que hasta ahora no ha superado nunca una ronda eliminatoria en los grandes torneos, afronta en Australia y Nueva Zelanda su tercer Mundial
Un vistoso cartel recibe a la selección española al entrar en la universidad de Massey, en Palmerston North (Nueva Zelanda), donde la selección tiene su cuartel general desde la semana pasada para afrontar su tercer Mundial en la historia. Nau Mai Peina, se lee en lengua maorí. Bienvenida España. Aunque la lluvia cae con fuerza y persistencia desde hace días, aunque el campo está un poco embarrado, nadie pierde la sonrisa en el equipo, convencidas todas de que esta puede ser su gran ocasión para ...
Un vistoso cartel recibe a la selección española al entrar en la universidad de Massey, en Palmerston North (Nueva Zelanda), donde la selección tiene su cuartel general desde la semana pasada para afrontar su tercer Mundial en la historia. Nau Mai Peina, se lee en lengua maorí. Bienvenida España. Aunque la lluvia cae con fuerza y persistencia desde hace días, aunque el campo está un poco embarrado, nadie pierde la sonrisa en el equipo, convencidas todas de que esta puede ser su gran ocasión para mejorar los resultados en el pulso con la historia, pues hasta la fecha nunca ha superado una ronda eliminatoria en los grandes torneos, sea Eurocopa o Mundial.
La explosión de fútbol femenino en España, auspiciada con los éxitos del Barcelona en Europa además de la aceptación y admiración social global junto con un profesionalismo al alza, eleva el nivel del equipo como en su día hicieran los jugadores azulgrana de Guardiola a las órdenes de Luis Aragonés primero y Vicente del Bosque después. Del mismo modo que Iniesta, Busquets y Xavi articularon el fútbol en ambos equipos, Aitana y Alexia —conquistadora de los dos últimos Balones de Oro— catapultan a esta Roja, aceptada en el selecto grupo de las candidatas al laurel. “Nuestro plan pasa por ser reconocibles”, resuelve el seleccionador Jorge Vilda, que, cruyffista de manual, defiende el fútbol de posesión y toque en campo contrario, presión alta y defensa en bloque, siempre con la lógica y aplastante convicción de que hay que marcar un gol más que el rival. “Pensamos que España va a dominar y que son los rivales los que se tendrán que preocupar”, añade. Pero la historia no está de su parte tal y como explican los ocho Mundiales festejados hasta el momento.
Este será el primer Mundial femenino celebrado en dos países y confederaciones diferentes, ya que Australia es miembro de la Confederación Asiática de Fútbol y Nueva Zelanda pertenece a la de Oceanía. También será el primer torneo que incluye a 32 participantes —en el arranque, en 1991, fueron 12 equipos para ampliar a 16 en 1999 y a 24 en Canadá 2015—, todos los buenos y favoritos en liza. Ninguno como Estados Unidos, que tiene la mitad de los cetros, seguido por Alemania, con dos, además de Noruega y Japón, con un entorchado. Brasil, Suecia, Francia e Inglaterra también piden turno.
La participación de España es reducida, solo con dos certámenes en el bolsillo, eliminado el equipo en la fase de grupos en Canadá 2015 y en los octavos de final en Francia 2019 frente a Estados Unidos, a la postre campeona del torneo. “Queremos llegar lo más lejos posible, hacer historia. Somos ambiciosos y sé que hemos generado expectativas, lo que es un premio merecido por lo que han hecho las jugadoras”, desliza Vilda. En el pasado queda que 15 jugadoras se descartaran para ser convocables con el equipo tras la pasada Eurocopa —Inglaterra le apeó en los cuartos de final— al entender que faltaba profesionalismo, ahora limadas las asperezas para el Mundial y con el grueso de las futbolistas, varias de nuevo con la elástica roja en Nueva Zelanda.
Costa Rica, Japón y Zambia aguardan a España en la fase previa. Después, las eliminatorias, el reto con su historia.
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