España vence a Estados Unidos en waterpolo por primera vez después de 11 años

La selección se impone por 11-13 bajo la dirección de la portera Martina Terré, que ejerció una doble responsabilidad: parar y dirigir los ataques a grito limpio

Paula Crespi Barriga en acción durante el partido entre España y Estados Unidos.Leah Millis (REUTERS)

Martina Terré salió ronca de la piscina del Centro Acuático de París. La portera catalana le acababa de parar un penalti a Maddie Musselmann en el último minuto de un partido estrepitoso. Un partido que merece cargar con el apelativo más sobado de la crónica olímpica: histórico. Fue histórico porque España le ganó a Estados Unidos después de 11 años de sequía. Fue histórico porque a pesar de ser apenas un encuentro de fase de grupos, Estados Unidos ha sido durante las tres últimas olimpiadas el mejor equipo del planeta y, lo señalan los trofeos y las formas, el mejor de la historia de este deporte que se disputa en los Juegos en categoría femenina desde 2000.

España se impuso 11-13 a lo largo de una refriega agotadora que acumuló más de 30 ataques por bando. Eso ronda los dos kilómetros de natación con patadas, codazos y apneas incluidas. Un combate naval que España conquistó con resistencia y astucia frente a unas rivales que se caracterizan por su potencia. Junto con Bea Ortiz o Maica García, Martina Terré, formada en el Sant Andreu, fue una de las figuras más destacadas. Paró siete de los 18 disparos que recibió. Pero hizo mucho más. Algo que excedió sus responsabilidades defensivas. Pues cuando España atacó ella orientó a sus compañeras cantándoles las cuentas regresivas de los ataques cuando llegaban a los últimos diez de los 30 segundos reglamentarios. Su vozarrón, estridente y grave como un altavoz, atravesó los 25 metros de portería a portería y proporcionó serenidad a las lanzadoras. En lugar de perder el tiempo mirando a las pantallas con el cronómetro, Bea Ortiz, Paula Crespí, Pili Peña y Maica García pidieron fijar su atención en las defensoras y en la portero rival para jugar con su ansiedad. La treta ayudó especialmente a Bea Ortiz, autora de cinco tantos desde media distancia.

“Es algo nuevo”, dijo Martina Terré; “antes decíamos ‘diez’ y ‘cinco’, para avisar que quedaban diez y cinco segundos de ataque. Pero era estresante para las atacantes. Por eso decidimos contar cada uno de los segundos hasta el final para que ellas sepan en qué momento tienen opción de chut. Ha valido la pena, aunque me he desgastado mucho la voz”.

Estados Unidos comenzó el partido con bravura. Las seis chicas de campo eran un muro. Alzaban los brazos, tapaban cada fisura y protegían en escuadrón a su portera, Ashleigh Johnson, que así se anticipaba mejor. A las españolas les costaba penetrar la red. Pero a base de aumentar el ritmo de juego, y a fuerza de multiplicar los ataques, las americanas, más grandes y pesadas, comenzaron a sufrir el ajetreo. Con el paso de los minutos se abrieron y las españolas, que se habían defendido muy bien incluso en inferioridad, comenzaron a asestarles golpes con soltura. Estados Unidos acabó el primer cuarto por delante, 3-2; y luego se diluyó, 6-9 en el segundo; 11-11 en el tercero; y 11-13 en el marcador final, maquillado gracias a un gol de la propia Johnson, que se descolgó en los últimos segundos. “Siempre he disfrutado mucho viendo jugar a Ashleigh Jhonson”, dijo Martina, “hoy he disfrutado ganándole, pero me ha dolido mucho el gol que me ha metido”.

“Nos tienen comida la moral”, decía Jennifer Pareja. “Pero no son mejores que nosotras”. La veterana de la última selección española que venció a Estados Unidos, en los cuartos de final del Mundial de Barcelona de 2013, señalaba una ventaja psicológica antes de la ceremonia inaugural. El complejo de inferioridad estaba justificado. En la última década las americanas vencieron a las españolas en la final del Mundial de Budapest en 2017, en la final de los Juegos de Londres 2012; y en la final de los Juegos de Tokio 2020.

“Sabíamos que sería una batalla”, dijo la veterana estadounidense Kaleigh Gilchrist. “Esta selección de Estados Unidos es diferente a la que participó en Tokio y en Londres. Empieza otra historia y las españolas siempre han sido muy dominantes en este deporte. Hoy han hecho un gran partido y cuando hemos querido reaccionar en el tercer cuarto se nos ha hecho tarde, pero le hemos puesto emoción”.

“Yo no me he quitado ninguna espina porque soy muy joven y a mí Estados Unidos solo me habían ganado tres veces”, celebró la portera española. El director técnico del waterpolo en España, Rafa Aguilar, disfrutó con la innovación táctica. “Cuando tú sabes cuántos minutos te quedan te da serenidad porque como lanzador no tienes que dividir la mirada entre el cronómetro y la portera rival”, observó; “en esta selección estamos viendo que las chicas se hablan mucho y se ayudan mucho de viva voz en la piscina. No es lo mismo que tu entrenador te ordene lanzar ya que una voz amiga te vaya indicando el tiempo que tienes. Pero esto es difícil que lo haga un portero porque un portero no está para hablar, está para parar y luego para hablar. Y tienes que estar muy seguro para hablar y dirigir a tus compañeras, como ha hecho Martina”.

Gol a gol, y defensa a defensa, España se apropió de la piscina y sorprendió a Estados Unidos en la segunda jornada del Grupo B del campeonato olímpico. Ahora España lidera el grupo con seis puntos por delante de Estados Unidos (3), Francia (3), Italia (0) y Grecia (0). Se clasifican los cuatro primeros y pasan a los cuartos de final, que se disputan el 6 de agosto.

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