España se saca la piedra en el zapato de Japón

España tenía una cuenta pendiente con Japón y se la cobró en su debut olímpico. La niponas le habían clavado hace justo un año un sangrante 4-0 en el cierre de la fase de grupos del Mundial. De aquel zarandeo salió el equipo disparado hacia la Luna y este jueves, en la subsede de Nantes, se cobró aquella derrota. Un pequeño ajuste con el pasado en busca del oro en los Juegos.

Lo logró con sacacorchos, masticando sin parar a la rigurosa defensa asiática. Cuando las prisas empezaban a asomar, el pie fino de Mariona Caldentey dio con el acertijo. Japón se adelantó y se abrigó mucho y bien, pero el duelo se le hizo demasiado largo para resistir el toque infinito de las muchachas de Montse Tomé. Entre Aitana Bonmatí, goleadora y asistente, y su ya ex compañera del Barça resolvieron una tarde fatigosa al oeste de Francia.

El triunfo deja a la selección en una posición óptima para pasar a cuartos, ya que se clasifican las dos primeras de cada grupo más dos de las tres mejores terceras. El siguiente choque será este domingo contra Nigeria (19.00) y cerrará la primera estación el próximo miércoles ante Brasil (17.00).

El coqueto estadio de La Beaujoire, en Nantes, sobrevolado por un avión cada cinco minutos, acogió un duelo con historia, el primero en unos Juegos de la selección femenina de fútbol. Un hito para el que Montse Tomé regresó al centro del campo con más nombre: la recuperada para la causa Patri Guijarro, la actual reina Aitana y su predecesora Alexia Putellas. El trío que se recitaba de carrerilla hasta que hace dos veranos la crisis de las 15 abrió un periodo muy accidentado en el vestuario. Tere Abelleira fue la sacrificada en el once.

A nadie le sorprendió el plan de partido. Japón se echó la manta con la intención de salir como perdigones a la contra. No les fue mal hace un año en las Antípodas. Con más motivos todavía si al cuarto de hora Aoba Fujino clava un golpeo sensacional de falta por encima de la barrera. La delantera ya había tenido una muy clara nada más arrancar que sacó Cata Coll. Esta vez, un despeje mejorable con la cabeza de la portera dio origen a la falta del 0-1.

La única solución que encontró pronto España fue empatar. Aitana, en alianza con Athenea del Castillo, igualó rápido gracias a un buen pase filtrado de la madridista. La azulgrana puso la definición sutil y elegante delante de la meta.

Sin rastro de Salma

La respuesta tampoco alteró el guion. Mucha pelota de España y todo el orden del mundo de las niponas, que aguantaron sin excesivos sustos hasta el descanso. Al grupo de Tomé le faltaba profundidad y algo de finura en algunos envíos dentro al área. Salvo un intento de Laia Aleixandri, lista como pocas para rematar por abajo un córner, la meta Yamashita pudo contemplar las maniobras españolas con calma. No se sabía mucho de Salma Paralluelo, que no tenía pasto para correr ni balones que rematar por la restricción de espacios.

El monólogo de España con el balón pegado al pie no hizo más que crecer con el paso del minutero y a Japón cada vez le costaba más estirarse. Fabricar ocasiones claras ya era otro cantar para la selección. Jennifer Hermoso, en lugar de una Alexia sin electricidad, acudió a la ayuda, pero la clave de seguridad de la caja fuerte la encontró una consumada prestidigitadora como Mariona. Recibió en un lateral del área, se alió con Bonmatí y se fue haciendo hueco para ponerla en el rincón. Una remontada a pico y pala de España para empezar bien y resolver este capítulo del pasado reciente. Desde aquel 4-0, la selección solo ha sumado dos derrotas intrascendentes en 19 encuentros. Un camino feliz sobre el césped con la vista puesta en el oro de París.

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