M. City MNC
2
Erling Braut Haaland 18', 79' (p)
Real Madrid RMA
3
Kylian Mbappe 59', Brahim Diaz 85', Jude Bellingham 91'
Finalizado

El Madrid atropella al Manchester City

El equipo de Ancelotti supera al de Guardiola con una gran función coral en un campo donde nunca había ganado y toma ventaja en el ‘playoff’, aunque con un marcador corto tras adelantar Haaland dos veces a los ingleses

Kylian Mbappé (derecha) marca el primer gol del Madrid ante el City.DeFodi Images (DeFodi Images via Getty Images)

Fue como siempre, y también como nunca. El Real Madrid remontó en el 92, algo que suena a viejo, un prodigio cotidiano, pero lo hizo en el Etihad, estadio que aún no había conquistado en juego; el año pasado lo logró en los penaltis. Pero lo que sobre todo fue distinto fue cómo lo hizo, con una autoridad arrolladora que redujo a un City que siempre le había inquietado como un ogro. El Madrid dejó en Mánchester una exhibición construida sobre una escasez extrema por las lesiones con una noche memorable de compromiso y talento de su artillería abrochada por el tercer gol de Bellingham, cabecilla de la presión, en otro instante noventayJude. Así viajan con ventaja a la vuelta del playoff el miércoles en el Bernabéu.

MNCM. City
2
Ederson, Nathan Aké (Mateo Kovacic, min. 60), Rúben Dias, Manuel Akanji (Rico Lewis, min. 45), Josko Gvardiol, Bernardo Silva, Kevin De Bruyne (Ilkay Gündogan, min. 83), John Stones, Savinho (Omar Marmoush, min. 83), Jack Grealish (Phil Foden, min. 29) y Erling Haaland
RMAReal Madrid
3
Thibaut Courtois, Federico Valverde, Raúl Asencio, Ferland Mendy, Aurélien Tchouaméni, Jude Bellingham, Rodrygo (Brahim Díaz, min. 83), Eduardo Camavinga, Dani Ceballos (Luka Modric, min. 80), Kylian Mbappé (Fran García, min. 91) y Vinícius Júnior
Goles 1-0 min. 18: Erling Braut Haaland. 1-1 min. 59: Kylian Mbappe. 2-1 min. 79: Erling Braut Haaland. 2-2 min. 85: Brahim Diaz. 2-3 min. 91: Jude Bellingham

De repente, el Etihad no era aquella trampa asfixiante de las últimas visitas, aquel laberinto donde solo quedaba resistir. El año pasado lo consiguieron hasta los penaltis; el anterior salieron arrasados por un 4-0. Esta vez no era así, sino una especie de reverso de aquel infierno. El balón era suyo. También los golpes. O la fortaleza había caído, o el pelotón de Ancelotti se había hecho con los planos del recinto. O un poco de ambas cosas.

El Madrid empezó la noche con una precisión fulgurante y hermosa, escurridiza. Los ingleses perseguían como casi siempre habían hecho. Contemplaban desorientados cómo Mbappé quedaba mano a mano en el área con Ederson, aliviados cuando el tiro contra el brasileño; cómo Vinicius y Mendy tocaban casi en el área pequeña y Akanji despejaba el del francés; cómo el brasileño casi se colaba entre el central suizo y Aké, de nuevo pisando el área.

Los cuatro de arriba se aplicaban en el esfuerzo defensivo y el equipo de Guardiola aparecía como un cuadro vulnerable arrollado por una fuerza incontenible. Pero resistieron hasta que surtió efecto uno de los artefactos del técnico catalán. A Gvardiol, su lateral izquierdo, lo situaba como centrocampista por dentro al atacar, y eso desajustaba algo al Madrid. Fue una pieza indescifrable. Desde ese punto desató la rebeldía. Encontró a Haaland, que bajaba a descargar, y se fue al área. Grealish, que había estado a punto de retirarse tres minutos antes lesionado, envió una vaselina al croata. La mató con el pecho y Haaland le marcó por fin al Madrid después de intentarlo tanto.

El gol, tan a contrapelo del desarrollo, aflojó la entrega de los cuatro de arriba del Real y animó al City, que se reencontró con la pelota y diluyó la tormenta de las camisetas naranja. Volvieron a sufrir, pero no como las últimas veces. Sobre todo, porque tenían en su mano salir de aquello. Con el balón seguían asustando, seguían encontrando vías, con una estupenda función coral de Mbappé, Vinicius, Rodrygo y Bellingham. Ellos tenían el interruptor. Podían accionarlo defendiendo, y terminaba alumbrando el ataque.

Vinicius desarmaba por la izquierda a Rico Lewis, que tuvo que salir por el lesionado Akanji, y conectaba con Bellingham para cabecear. Rodrygo, por el otro lado, daba con Mbappé, que se topó de nuevo con Ederson. El City no encontraba el modo de desactivar la segunda gran acometida, y al otro lado se topaba con un Asencio de autoridad superlativa. Pero cuando los ingleses se estiraban, abrían espacios para el galope, un riesgo extremo, sobresalto tras sobresalto.

Aunque el empate llegó de lo que pareció un error. Ceballos dejó un balón flotando sobre el punto de penalti y Mbappé acertó con la espinilla cuando pensó que había fallado. El empate les provocó una carcajada y, cabalgando a lomos de esa felicidad, el Madrid siguió acumulando ocasiones incluso más claras. El chaparrón era formidable, pero el City volvió a encontrar resguardo en un penalti de Ceballos a Foden que transformó Haaland.

Ni esa segunda decepción arrugó al Madrid, que embistió al ritmo de la corneta de Bellingham y su entrega. Cazó un mal envío de Ederson, tiró Vinicius y empató Brahim. Y siguieron, ya después del 90, esto sí como siempre. Hasta que marcó Bellingham después de un mal tiro de Vini, y ganaron como nunca.

Sobre la firma

Más información

Archivado En