Un Atlético venido a más visita a un Real Madrid en modo subsistencia

Cuando faltan cuatro días para el terremoto de todos los años que se llama Manchester City, esta tarde se viene un huracán que se llama Simeone. No hay terremoto ni huracán amable, así que el equipo de Ancelotti va a ser puesto a prueba

Julián Alvarez celebra el gol que dio el triunfo al Atlético ante Osasuna el pasado 12 de enero.JUANJO MARTIN (EFE)

Mira el campeonato desde la cima de la clasificación, pero el equipo está como el tiempo, un día bien, otro mal, otro más o menos. Hasta ahora, cuando le tocó enfrentar a un grande cayeron rayos y truenos. Ahora se viene un Atlético venido a más y un City venido a menos, en ninguno de los dos casos conviene confiarse. Tampoco sus rivales, porque es en situaciones difíciles cuando el Madrid saca el arsenal cultural que le dio gloria. Lo hizo antes. Lo hizo muchas veces....

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Mira el campeonato desde la cima de la clasificación, pero el equipo está como el tiempo, un día bien, otro mal, otro más o menos. Hasta ahora, cuando le tocó enfrentar a un grande cayeron rayos y truenos. Ahora se viene un Atlético venido a más y un City venido a menos, en ninguno de los dos casos conviene confiarse. Tampoco sus rivales, porque es en situaciones difíciles cuando el Madrid saca el arsenal cultural que le dio gloria. Lo hizo antes. Lo hizo muchas veces. Lo seguirá haciendo.

El Atlético está de fiesta y hasta se anima a cantar que es el equipo que manda en la capital. Está bien, se le concede. Siempre y cuando acepten que el Madrid manda en el mundo. Si se trata de agrandarnos, nos agrandamos todos.

Estamos ante un gran Atlético. Un equipo que compite sin freno, como le gusta al Cholo, y con jugadores con buen pie que se están animando a ir un poco más allá. Once muy buenos que empiezan y otro puñado que termina los partidos aportando energía y categoría. Hacía tiempo que no juntaba una plantilla tan capaz. El aporte de los argentinos es muy importante, gente que conoce el oficio, que siente el fútbol, que hace vestuario y con un reciente campeonato del mundo. Nadie que fue campeón sale del campeonato igual que entró. Milagros de la confianza y del ego, que cuando se trata de desafiar a un público conviene tenerlo alto.

La figura del 9 explica la riqueza de los recursos. El Atlético encontró en Julián Alvarez a un jugador que es ídolo sin ser divo. Un crack sacrificado y con ganas de seguir aprendiendo. Tipos así arrastran al resto con la fuerza del ejemplo sin necesidad de hablar. Pero si el partido pide otra cosa, que se quite la infantería para dar paso a la fuerza aérea, capitaneada por Alexander Sorloth. Griezmann es otro jugador que está en la cumbre y lo consolidó todo: su juego, su relación con la afición, su complicidad con Simeone. De Paul crece en cada partido, reclamando con brillantes actuaciones papeles cada vez menos secundarios. En cuanto al Cholo, metió a un hijo en la ecuación con un altísimo rendimiento y el aporte vitamínico propio del apellido, energía sacada del pozo de pasión por el fútbol que es un privilegio genético de la familia Simeone.

El equipo sigue siendo práctico porque su líder siempre lo fue, pero esta temporada le agregó una cuota mayor de fútbol porque los jugadores también tienen algo que decir en un partido y en el Atlético los hay muy buenos.

Esos son, a toda confianza y orgullo, los que visitarán el Bernabéu hoy. Y espera un Madrid al que, cuando parece encontrarse, se le cruza una lesión o un mal resultado que no le ayudan a afianzarse. Allá arriba tiene misiles, en el medio cuesta encontrar el equilibrio porque aún no nos animamos a recitar la alineación de memoria, y atrás la fatalidad obliga a llenar con chicos posiciones que requieren madurez y experiencia. A la espera de que vengan tiempos mejores que consoliden, el Madrid resiste en modo subsistencia. También lo sabe hacer, pero necesitará que la afición, que va al Bernabéu con la desconfianza y el recelo de un gato, ponga de su parte algo más de pasión, porque en las próximas semanas esperan peligrosos cruces de caminos.

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