La Intercontinental, un título obligado para el Real Madrid
El equipo blanco, con la duda de Kylian Mbappé, busca ante el Pachuca mexicano su segundo trofeo del año, la oportunidad para que Carlo Ancelotti se convierta en el técnico más laureado de la historia del club
El calendario agotador también es una oportunidad para el Madrid. Los blancos buscan en Doha el segundo título de los siete a los que aspiran esta temporada, la Copa Intercontinental ante el Pachuca mexicano (18.00, Telecinco) después de levantar en verano la Supercopa de Europa. Una victoria obligada que se presenta, además, como una ventana de aire para Carlo Ancelotti, que se convertiría en caso de ganar en el en...
El calendario agotador también es una oportunidad para el Madrid. Los blancos buscan en Doha el segundo título de los siete a los que aspiran esta temporada, la Copa Intercontinental ante el Pachuca mexicano (18.00, Telecinco) después de levantar en verano la Supercopa de Europa. Una victoria obligada que se presenta, además, como una ventana de aire para Carlo Ancelotti, que se convertiría en caso de ganar en el entrenador del club con más títulos (15), por delante de Miguel Muñoz. Después de cuatro meses de juego pobre, con falta de nervio hasta hace unas semanas y muy dañado por las lesiones, la excursión a Qatar ofrece al vestuario merengue una ocasión clara para engordar el currículo. Perder desataría la gran crisis. “Estar aquí es un regalo para los dos”, valoró este martes Carletto, que advirtió de que “todos los partidos son trampa” y que “si el Pachuca está aquí, por algo será”.
De momento, él y Vinicius se llevaron las primeras victorias personales al ser elegidos como mejor entrenador y jugador en los premios The Best en una peculiar gala organizada por la FIFA también en Doha que, en principio, se anunció como telemática, aunque, esta vez, ambos sí acudieron para recoger el galardón tras el entrenamiento.
La duda en la última sesión práctica fue el estado físico de Kylian Mbappé, retirado hace una semana en Bérgamo por molestias musculares en la pierna izquierda. “Sus sensaciones el lunes fueron buenas. Somos optimistas, pero si hay un mínimo riesgo, no jugará”, aseguró el técnico. La cita del francés tiene su miga. Regresa al país que ha marcado su carrera, con el que tuvo que negociar durante sus siete cursos en el PSG; y al imponente estadio de la final del Mundial de 2022 (Lusail), el escenario de una de sus mayores exhibiciones. Un golazo y tres penaltis anotados contra la Argentina de Dibu Martínez, el meta que sacaba de quicio a todos desde los 11 metros. También a Tchouameni, a quien le detuvo una pena máxima. Pero no a él aquella tarde. Otro universo para el hoy doliente Mbappé, que busca encender al fin el interruptor en el Madrid. Ancelotti también podría recurrir de inicio a Camavinga, que ya tuvo minutos el sábado en Vallecas.
Un trofeo con vieja denominación
La envergadura del rival convierte el choque en un triunfo obligatorio para el Madrid. El campeón de la Concacaf (Norteamérica, Centrocamérica y Caribe) se cargó al ganador de la Libertadores, el Botafogo, con un 0-3, y el pasado sábado resucitó en la tanda de penaltis contra el Al Ahly. Perdía 3-1 y solo restaban dos turnos de lanzamientos. Los egipcios tenían cuatro opciones para pasar a la final, pero fallaron sus dos disparos, los mexicanos acertaron con los suyos y en la muerte súbita los terminaron arruinando.
Arriba amenazan con el veterano Salomón Rondón (35 años) y el extremo zurdo Oussama Idrissi. En la plantilla también aparecen el central Gustavo Cabral (ex Celta) y el delantero Borja Bastón (Oviedo y Zaragoza, entre otros muchos). Los tuzos encaran la noche de sus vidas en un momento de penurias en su Liga, en la que son 16º de 18 después de 17 jornadas.
Cuando acaben la final, pase lo que pase, no se irán todos juntos a casa. A diferencia del Madrid, la expedición no dispone de un vuelo chárter y regresará a México dividida en cuatro grupos entre el jueves y el viernes, con prioridad para los jugadores. Unos harán escala en Houston y otros, en Dallas. De ahí, a México DF. Y luego, otras dos horas más de autobús.
Dos realidades para una cita que recupera el nombre de Copa Intercontinental (se dejó de disputar como tal en 2004), aunque el formato remite más al Mundial de Clubes disputado hasta ahora que al viejo torneo que enfrentaba a partido único al campeón de la Libertadores y de la Champions europea. Pero como el calendario no deja de inflarse y para el próximo verano está convocada la primera edición del Mundial de Clubes con 32 equipos, los gestores han rescatado la antigua denominación para que la rueda del circo no se detenga. En todo caso, otra oportunidad de título internacional para el Madrid. Lo contrario sería un derrape mundial.