Safonov revienta la apuesta de Luis Enrique y Gvardiol desquicia a Guardiola

Matvei Safonov se peinó la coleta rubia antes de situarse bajo los palos. El portero ruso, fichado este verano al Krasnodar, fue la gran sorpresa de la alineación del Paris Saint-Germain, ayer en Múnich. Su titularidad supuso el castigo a Donnarumma, señalado por Luis Enrique tras un inicio de temporada problemático. Donnarumma atraviesa un periodo de dispersión que ha costado goles importantes a su equipo. La decisión tendrá repercusiones en París, donde el meta napolitano goza del aprecio y el respaldo activista del emir de Qatar, dueño del club y apasionado del fútbol. Sobre todo porque en el minuto 38 Safonov hizo una gambada y puso en bandeja el gol de Kim min-Jae. El principio del fin de un espectáculo decepcionante (1-0).

El cartel prometía luces. Bayern-PSG es un encuentro de enjundia. La realidad fue más pobre. Al Bayern le faltan centrocampistas y al PSG le faltan delanteros fiables. El Bayern gravita en torno a Kane y Musiala porque Kimmich y Goretzka forman un doble pivote estéril, objetivo fácil de la presión. El PSG no tardó en controlar el partido a base de ahogar la salida de los alemanes, pero cuando llegó al área contraria perdió toda la lucidez. Barcola, Dembélé y Zaïre Emery no dieron una. Por su culpa el PSG suma solo tres goles en cinco jornadas —tres derrotas, un empate y una victoria— . Luis Enrique sufría viéndolos desde la banda. El técnico español se contorsionaba, como si esperase lo peor. Toda la magia de Vitinha en el centro del campo resultaba insuficiente para activar lo que tenía por delante. El accidentado gol de Min-Jae, un cabezazo limpio tras una salida en falso de Safonov, justificó la agonía del entrenador español. La expulsión de Dembélé en la segunda parte condenó definitivamente al PSG, que marcha 26º, en puestos de eliminación. Ya lo decía Zubizarreta: los porteros que se dejan largas melenas no son de fiar.

Stones, último en caer

Luis Enrique sufrió con Safonov en Múnich y Guardiola padeció en Mánchester. Al cabo de cinco partidos perdidos, el City le metió un 3-0 al Feyenoord y todo hacía pensar que la crisis se disipaba cuando en los últimos minutos Moussa, Giménez y Hancko marcaron un triplete. El 3-3 expuso la angustia de los defensas del City, con Gvardiol a la cabeza. El croata entregó el balón a Moussa en el 3-1 y provocó el error que desencadenó el 3-2. Pep Guardiola, desde el banquillo, se agarraba la cabeza. Con el City presa de los nervios, el Feyenoord hizo el empate en el último minuto con un pelotazo que rompió el fuera de juego. El próximo domingo, en la Premier, espera el Liverpool en Anfield y el City no deja de perder defensas y centrocampistas por lesión. La espiral de infortunios médicos ha debilitado al equipo hasta niveles inesperados. John Stones fue el último en caer.