El Madrid también encalla en Las Palmas
Tras otro mal primer tiempo, el equipo de Ancelotti solo consigue empatar de penalti ante un rival que jugó con más claridad
El Real Madrid, que amenaza con Kylian Mbappé cuando se presenta en cualquier estadio, sigue sin embargo sin carburar pese a un arsenal de ensueño, y después de las tres primeras jornadas queda ya a cuatro puntos del Barcelona de las mil trabas en los despachos y los libros de contabilidad. El equipo de Carlo Ancelotti se volvió a enredar en Las Palmas después de un primer tiempo lento y pastoso en el que se vio enseguida por detrás en el marcador ante un rival que jugaba con una claridad que el Real no encuentra. Atravesó el encuentro a remolque, tratando de imponerse por insistencia a falta de ideas, tremendamente frustrado, y solo encontró el gol de penalti.
El Madrid parecía vivir en un momento del calendario distinto a la UD Las Palmas. Los canarios se presentaron eléctricos y ordenados, atrevidos y lúcidos, mientras que el equipo de Ancelotti sigue buscando el punto. Porque es cierto: con menos rodaje, no se encuentra en la misma página del calendario. Dos lances del comienzo resumieron dónde se situaba cada uno. Primero golpeó el Real, con un pase profundo de Vinicius a la carrera de Mbappé, que vio como la defensa le bloqueaba el tiro. Fue una frustración repetida, como si no terminara de alcanzar todavía esa ventaja que le da la velocidad para fabricar unos centímetros más de espacio, como si aún no se hubiera encontrado de nuevo con la claridad para el regate. El francés llegaba al área, armaba la pierna, chutaba, lo intentó nueve veces, pero aparecía un defensa que había descifrado el movimiento antes.
Enseguida respondió el equipo de Luis Carrión. Se asociaron McBurnie y Moleiro por la izquierda. El escocés leyó el desmarque del canario y le envió una pelota a una zona muerta entre los defensas del Madrid. Moleiro regateo a Militão y a Tchouameni y superó a Courtois con un tiro cruzado. Había transcurrido un suspiro y la distancia en el marcador subrayaba la diferencia en el juego.
Los canarios fluían, apoyados en la clarividencia de Kirian, Javi Muñoz y Sandro, siempre en el lugar adecuado, justo fuera del alcance de los intentos de presión del Real. Siempre miraban adelante, también después de ponerse 1-0. Y allí avistaban con claridad a McBurnie, referencia perpetua arriba. Un faro. Ganaba tiempo aguantando la pelota, repartía con criterio e incordiaba a Rüdiger y Militão. El escocés era la pieza que cerraba el funcionamiento de un sistema engrasado.
Nada que ver con el juego pastoso del Madrid, pese a que sobre el campo estaba la sabiduría de Modric, que ocupó el lugar de Güler. Tampoco provocaba nada la creatividad de Brahim, que dejó a Rodrygo en el banquillo. Cuando el equipo se acercaba a la frontal, se gripaba. Era un mecanismo que se movía a trompicones, impreciso y enganchado. Ni Vinicius veía la luz. Lo más preciso fueron dos tiros lejanos, de Valverde y Rüdiger, que Cillessen desactivó con solvencia abajo.
De nuevo, como en las dos primeras jornadas, el atasco del Madrid era notable. Tanto, que Ancelotti intervino ya en el descanso: metió a Rodrygo y Fran García por Brahim y Mendy, que había visto amarilla, después de que le expulsaran el primer día en la frustración de Mallorca.
El movimiento y el paso por el vestuario agitaron al Real, que sometió a los canarios a un chaparrón de tiros: Vinicius, Mbappé, Rodrygo... Habían subido por fin las revoluciones y el Las Palmas se fue hundiendo contra su portero. Empellón a empellón. Hasta que en uno de los asaltos al área, medio embarullado, Güler cazó un mal remate de Vinicius y levantó la pelota, que dio en la mano de Álex Suárez. El brasileño transformó el penalti, pese a que Mbappé también estaba en el campo. La primera pena máxima del curso fue para el lanzador del pasado.
Pese al golpe, los canarios no se desinflaron. Son un equipo valiente, con determinación y un plan que funciona. Tenían menos la pelota, pero cuando le echaban el lazo seguían mirando adelante. Solo los reflejos de Courtois cortaron el paso a un remate de Mika Mármol.
El Madrid hundía el pie en el acelerador, pero no daba con el camino. Aunque Güler, que había entrado por Modric, encontró a Mbappé y Endrick, que remató fuera dos pases del turco. Pero los canarios se habían cerrado y al Real, nada iluminado, se le escaparon otros dos puntos.
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Clasificación | PT | PJ | PG | PE | PP |
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