Simeone y la opulenta transición del Atlético

En la puerta principal del Cerro del Espino de Majadahonda, varias decenas de jóvenes aficionados del Atlético se agolpan a la espera de que el flamante fichaje Julián Alvarez detenga su auto para firmar autógrafos. El valor de su traspaso (75 millones de euros más otros 15 en variables) ha disparado tanto el gasto en contrataciones como las expectativ...

En la puerta principal del Cerro del Espino de Majadahonda, varias decenas de jóvenes aficionados del Atlético se agolpan a la espera de que el flamante fichaje Julián Alvarez detenga su auto para firmar autógrafos. El valor de su traspaso (75 millones de euros más otros 15 en variables) ha disparado tanto el gasto en contrataciones como las expectativas de la hinchada colchonera, que aguarda ansiosa el estreno de este lunes en Vila-real (21.30,Movistar). Con los refuerzos de Robin Le Normand (35 millones) y Alexander Sorloth (32), más el todavía no cerrado de Conor Gallagher (tasado en 40 por el Chelsea) la cuenta asciende a casi 200 millones de euros (el más elevado de la Liga) y podría subir unos 30 más si la dirigencia exprime al máximo las arcas para atar al central zurdo eslovaco del Feyenoord David Hancko. Criticada la propiedad del club por invertir poco en contrataciones durante las últimas temporadas, para el miércoles a las nueve de la noche se ha programado una multitudinaria presentación en el Metropolitano en la que se exhibirán los fichajes realizados a golpe de talonario.

Desde la temporada 19-20, en la que desembolsó 250 millones de euros (la mitad, en João Félix), el Atlético no incurría en un gasto tan elevado en fichajes. La diferencia de aquel mercado veraniego con este es que por entonces percibió casi 300 por las ventas de Antoine Griezmann (Barcelona), Lucas (Bayern) y Rodri (Manchester City). En esta ventana apenas ha ingresado 15 millones por Morata a la espera de que una posible venta de João Félix le reporte al menos entre 50 y 60 millones. El traspaso del portugués es la clave para que tanto Gallagher como Hancko puedan ponerse a las órdenes de Diego Pablo Simeone.

El preparador argentino estrenó este domingo sus comparecencias ante la prensa risueño. La hoja de ruta marcada en las conversaciones que mantuvo al final del curso pasado con el máximo accionista del club, Miguel Ángel Gil Marín, se ha seguido en su práctica totalidad. “Este año el Cholo no se podrá quejar”, apostilla un dirigente.

“Entendemos que todos los años no son iguales de cara a poder traer futbolistas. Hay momentos que las necesidades son de una manera o de otra y nos fuimos adaptando siempre a lo que se puede hacer. Hoy nos permite, después de las salidas que hemos tenido, tener futbolistas que vienen a generar un estímulo nuevo y acompañar sobre todo a los jóvenes”, explicó Simeone. Más que ingresos, las salidas de Morata, Hermoso, Memphis, Savic y Saúl han aligerado la masa salarial hasta permitir inscribir a Julián Alvarez con un sueldo de siete millones netos más otro en variables.

En las citadas conversaciones, Gil Marín y Simeone estuvieron de acuerdo en que el plantel necesitaba una renovación por las estrecheces vividas para alcanzar la cuarta plaza en la Liga y competir en Europa. Al equipo, sobre todo fuera de casa, le costaba sostener la propuesta de fútbol emprendida por Simeone, con una mayor presión sobre el rival en campo contrario y una salida de balón más elaborada desde atrás. “Esta es una transición importante, con la salida de jugadores que le han dado al club un montón de cosas, y empezamos con muchos chicos jóvenes que están empezando a coger otro lugar en el equipo”, dijo el Cholo. Con todo, a Simeone no le embarga la plena satisfacción. Hasta tres veces repitió que “la plantilla no está cerrada”. Esto le sirvió para esquivar las preguntas sobre los objetivos reales del equipo; aunque en privado admite que la exigencia será máxima por el desembolso realizado, Simeone necesita que se cierre la contratación de Gallagher y la de Hancko. Al inglés le considera decisivo para implementar la presión en campo contrario y al eslovaco para contar con un central que ofrezca rotundidad en los duelos y sea capaz, como Hermoso, de romper líneas con el pase desde atrás o cuando atraviese el medio del campo,

Con el dibujo en la cabeza, 5-4-1 en defensa y 3-4-3 en ataque, Julián Alvarez es el emblema de la opulenta transición que debe manejar a partir de esta noche ante el Villarreal. “Todas las características que tiene se acercan al ADN del Atlético de Madrid. Esperamos con expectativa todos su rendimiento. Esto no es una responsabilidad, pero sí se ha ganado un lugar importante y ojalá podamos formar un equipo grupalmente para que sus características nos ayuden”, dijo el Cholo, que en sus 13 temporadas y media en el banquillo del Atlético nunca se había implicado tanto en un fichaje.

El desafío de Marcelino

Después de enderezar el rumbo del equipo el curso pasado cuando fue reclamado a finales de noviembre para reemplazar a Pacheta, Marcelino y el Villarreal afrontan este nuevo curso con la incógnita de un plantel renovado. Las bajas han sido sensibles por la pérdida de un portero que ya estaba consolidado como Jorgensen y del goleador Alexander Sorloth, autor de 23 goles. Ante la visita del Atlético, el atacante noruego pondrá el morbo en el encuentro de esta noche en La Cerámica. “A Sorloth le deseo lo mejor,pero que no sea este lunes”, dijo Marcelino en su primera rueda de prensa oficial de la temporada. La marcha de Sorloth ha sido compensada con el fichaje relámpago de Ayoze Pérez, arrebatado al Betis porque la cláusula era de cuatro millones de euros y el club verdiblanco no podía competir con el salario que le ofrecía el Villarreal, un millón de euros más al año. “Ahora está corto de preparación porque se lesionó en la Eurocopa, pero va a ir convocado. Jugar de principio le queda largo, pero nos puede ayudar”, aseguró el técnico asturiano. “Las incorporaciones han sido escalonadas en el tiempo y necesitamos tiempo para encajar estas piezas dentro de nuestra idea”, añadió. Ayoze es la gran apuesta de Marcelino, que ha afrontado una regeneración que se ha llevado por delante a jugadores de peso, pero ya veteranos, como Manu Trigueros, Capoue, Coquelin, Alberto Moreno, Morales o Pepe Reina.

Para la portería, la secretaría técnica eligió a Diego Conde, portero menos goleado de la Segunda División el curso pasado y uno de los artífices del ascenso del Leganés, por el que también se han desembolsado cuatro millones de euros. Con todo, el fichaje más caro hasta el momento es el del joven y larguirucho central francés Willy Kambwala (19 años y 1,92 m.), por el que el club amarillo ha abonado 10 millones de euros al Manchester United,

El mediocentro Pape Gueye (Marsella), el lateral izquierdo Sergi Cardona (Las Palmas) y el extremo derecho Nicolas Pépé (Trabzonspor), los tres han llegado libres, son las otras tres incorporaciones con las que Marcelino aspira a armar un equipo que pueda competir por entrar en alguna competición europea.

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